Parroquia Apóstol Santiago en Castro: Que este mes bendito, no sea un mes más

Devoción, necesidad y perseverancia. Con esos adjetivos se puede describir a los fieles que diariamente están participando del Mes de María en Castro. La necesidad de un Dios y una Madre que cobijen y amparen, han marcado la pauta en una de las zonas más australes de nuestro país.

Para el Hermano José Manuel Hernández, párroco de Apóstol Santiago en Castro, la recepción de la gente en este Mes de María en medio de una pandemia ha sido de anhelo. “Este tiempo Mariano lo percibo esperado por todos los fieles. Esto se nota en la buena asistencia al rezo del Rosario vespertino y matutino (Rosario del Alba) que en Castro con lluvia y todo lo celebramos el sábado recién pasado. Con ello, queda de manifiesto que la Virgen Madre como buena Madre, convoca siempre a sus hijos”.

Advierte eso sí que “todo esto es posible por que las normas sanitarias ciertamente han ido mejorando y nosotros en lo posible, tratamos de respetarlas al pie de la letra”, aclara.

El también Guardián del Convento Franciscano de Castro, añade que ante la pregunta si aprecia en la gente una necesidad de ir a buscar una ayuda espiritual hacia la Madre de Dios, responde con un absolutamente sí. “La Virgen María es consuelo para muchos. Ella provoca en los fieles afecto materno, por tanto, el acudir a la Virgen es siempre una ayuda necesaria y consoladora para el alma del cristiano”.

Para el Hermano José Manuel Hernández lo más característico de la zona en la celebración del Mes de María y qué lo hace diferente a las demás regiones es la música, el acordeón, en ciertas partes del rezo, cantado con tonos propios. “Está siendo un mes bello, ya que en el servicio de párroco por lo menos la primera semana que ha pasado de este mes bendito, junto a los demás hermanos de casa, hemos acompañado a las distintas comunidades “capillas” en sus rezos y oraciones, permitiéndonos ir compartiendo la vida y la fe. Asimismo, el reencuentro con las comunidades que de a poco han ido retomando ya sus actividades normales, así que es realmente un mes bendito”.

El Hermano José Manuel cierra con un importante mensaje para toda la ciudadanía. “Que este mes bendito, no sea un mes más de tantos que hemos vivido, sino que sea más bien, un mes que vaya transformando de verdad la vida y el corazón para que, a ejemplo de la Virgen, seamos buenos discípulos de Jesús”, exhorta.