En Miércoles de Cenizas se reza por la pronta beatificación de Fray Andresito

La misa de este 14 de febrero en el Templo Recoleta Franciscana por la pronta beatificación de Fray Andresito coincidió con la celebración del Miércoles de Cenizas, eucaristía que da inicio al Tiempo de Cuaresma para la Iglesia Católica a lo largo del mundo.

Por Enrique Astudillo Baeza, periodista

Al comienzo de su homilía, el Hermano Luis Mauricio Aravena, ofm, quien presidió la eucaristía, recordó las palabras del Papa Francisco para el inicio de esta Cuaresma. “La Cuaresma es un tiempo para renovar la fe, la esperanza y la caridad”, por lo tanto, agregó, “al iniciar este tiempo Cuaresmal, le pedimos a nuestro buen Dios que nuestro caminar sea un caminar de conversión y acompañado por su gracia para adentrarnos en su dimensión espiritual de este tiempo y llegar muy bien preparados a Semana Santa”.

En la línea de lo anterior, el Hermano Luis Mauricio, añadió la importancia de vivir este tiempo desde la profundidad de la fe y mirando la necesidad de encontrarse cara a cara con Dios por medio de su Hijo Jesucristo. “La Cuaresma, sin duda, es un llamado a la conversión, y la conversión implica desgarrar el corazón. Es un cambio concreto y vivencial de nuestra vida”, exhortó.

Sobre Fray Andresito, el Hermano Luis Mauricio Aravena, ofm, recordó sus virtudes y entrega hacia los más pobres. “Sabemos que su testimonio de vida consagrada, de fe, también ayudó a muchas personas. Sin duda, vivió muchos itinerarios cuaresmales y lo que más se destaca de él, es que nunca olvidó a sus hermanos, aquellos con los que compartió su vida diaria y en la vida de la calle”, precisó.

Al cierre de su homilía, el Hermano Luis Mauricio Aravena, ofm, animó a los presentes a dejarse empapar del amor de Dios y la entrega del Venerable. “Que el ejemplo de Fray Andresito -valioso e importante- nos ayude a poder entrar en la acción valiosa que mueve Dios en nuestra vida”, concluyó.

La eucaristía por Fray Andresito finalizó con la oración que clama su pronta beatificación y también como un espacio para que los fieles pongan sus intenciones a los pies de donde descansa el Venerable en el Templo Recoleta Franciscana.