La segunda eucaristía de este martes 14 de noviembre en el Templo Recoleta Franciscana fue presidida por el Hermano Luis Mauricio Aravena, ofm, quien, a la luz del mensaje apostólico de Fray Andresito en su paso por la tierra, ánimo a los fieles a ser buenos servidores de Jesús en medio del mundo.
Por Enrique Astudillo Baeza, periodista
En primer lugar, el Hermano Luis Mauricio y en sintonía con las palabras proclamadas, preciso la importancia de ser fieles al seguimiento de Jesús para que el mensaje esté lleno de perseverancia y de compromiso en la fe. “La palabra nos ayuda a que evitemos todo lo que pueda transformarse en obstáculo para hacer un seguimiento fiel a Jesús”.
Es por ello, que reflexionó. “Dios, en vida, nos anima, se acerca a nosotros, nos habla al oído, al corazón y mantenemos con un vínculo fraterno lleno de cercanía, y generosidad y de amistad, el cual tendrá continuidad cuando ya dejemos este mundo y cuando la hermana muerte venga cada uno de nosotros”, manifestó.
Posteriormente, el Hermano Luis Mauricio Aravena, ofm, recordó que Fray Andresito vivió en la confianza hacia Dios. “Es por ello, que se esforzó por orientar su vida hacia Dios. Y a medida que lo fue haciendo, fue encontrándose con muchas personas, por lo tanto, su testimonio, enriqueció a otros”, clamo.
A lo anterior, agregó sobre el Venerable. “Fray Andresito en su momento se adhirió a Dios con su testimonio y así, otros comenzaron a hacer lo mismo. Qué valioso y significativo es el aporte de Fray Andresito en el testimonio de la fe, el cual contagia y anima, y que empuja a hermanos y hermanas”, animó.
Luego, continuó. “Así debemos ser también nosotros en el presente de nuestra vida y en el presente de nuestra fe tal como lo hizo Fray Andresito, pues estamos llamados a encaminar a otros y hacerlo con palabras llenas de fe, pero muy convincentes junto con nuestras obras”, destacó el Hermano Luis Mauricio.
Casi al cierre de su exhortación, aseveró. “Fray Andresito vivió lo que se expresa en el Evangelio de hoy, es decir, la relevancia de la gratuidad venida de Dios y esa gratuidad es el don gratuito de la vida que hemos recibido de Dios y en abundancia, porque Dios nos ama”.
Por último, el Hermano Luis Mauricio Aravena, ofm, concluyó. “La gratuidad de Dios también debe reflejarse en el servicio apostólico, evangelizado y eclesial. Dios confía en nosotros, porque somos importantes y viene a nosotros para que colaboremos en el anuncio del Reino, al igual que como lo hizo Fray Andresito”.
La segunda eucaristía por Fray Andresito finalizó con la oración que clama su pronta beatificación y también es un espacio para que los fieles pongan sus intenciones a los pies de donde descansa el Venerable en el Templo Recoleta Franciscana.