
En la zona de Salamanca, se está desarrollando la cuarta peregrinación de la Virgen del Carmen, que este año tiene como lema “Virgen del Carmen, enséñanos a ser Iglesia Peregrina”. Desde el sábado 1 de julio, 36 comunidades cristianas rurales y 4 comunidades urbanas, serán visitadas por la Patrona de Chile.
Por Enrique Astudillo Baeza, periodista
Dicha peregrinación, nace de la motivación que ha mantenido la “Hermandad Carmelo Alto Choapa”, quienes tienen como imagen y modelo a la Virgen del Carmen. Así, este grupo de hermanos y hermanas, pertenecientes a las tres parroquias que conforman este territorio: parroquia Nuestra Señora del Rosario de Salamanca, San José Obrero de Chillepín y Santo Tomás de El Tambo, dan vida cada fin de semana y por todo el mes de julio, a una experiencia única e irrepetible de manifestaciones de amor a su Madre María.
Vivir la fe en comunidad
“Estas manifestaciones, brotan desde la sencillez y espontaneidad de las familias, que esperan la llegad del Virgen del Carmen a sus comunidades. La belleza del paisaje se hace uno con la belleza de todas las demostraciones de fe y admiración hacia la Virgen del Carmen: altares en las casas, los huasos rindiendo honores, custodiando su andar, pétalos de flores que dejan a su paso, ramos de flores, pañuelos blancos, campanarios que repican, porque llega su Reina a su localidad, bailes de danzas y lanchas -bailes propios de la zona norte- cantos a lo divino, poesías, dibujos realizados por niños, bandas de guerra y bailes religiosos. Todos de alguna manera, en gratitud y petición, se unen en torno a nuestra Madre, en este mes bendito”, explica el Hermano René Pesenti Rivera, ofm, párroco de Nuestra Señora del Rosario de Salamanca.
El Hermano René, añade que la peregrinación permite que “todos sus hijos salen al paso de su Madre”, para luego en su capilla o espacio comunitario, finalizan con una liturgia o misa, acompañados de los Hermanos Franciscanos. “Se vive momentos de oración, perdón, paz y acción de gracias, frente a la fracción del pan, para luego seguir nuestro camino a la siguiente comunidad, llegando así, a todos los rincones que conforman estos valles, sin olvidar que los ministros que nos acompañan tienen la misión de llevar el alimento de la comunión a aquellos hermanos postrados”, por lo que agrega que cada uno con su don, construye una Iglesia viva.
A lo anterior, extiende. “Niños, jóvenes, ancianos, se reúnen entorno al amor de María en la advocación de la Virgen del Carmen. Así es julio, es un mes bendito para estos tres valles de Salamanca: Camisas, Chalinga y Choapa”, enfatizando que, con la peregrinación, se experimenta una verdadera audiencia con Dios, a través de la Chinita del Carmen. “Hoy, más que nunca, el Pueblo de Dios, en sus distintas localidades urbanas y rurales, ha manifestado (y lo necesitan) tanto amor, compromiso, fervor y devoción a nuestra Madre Santísima”, cierra.
Llamados a ser siempre peregrinos
Yelena Gallardo, integrante de la Hermandad Carmelo Alto Choapa, por su parte, sostiene que en el lema «Madre del Carmelo, enséñanos a ser Iglesia Peregrina», podemos encontrar la síntesis de esta santa peregrinación.
Es decir, en “Madre del Carmelo”, podemos constatar que no somos huérfanos. “Tenemos una mamita, que nos cobija y nos protege. Que nos muestra el Carmelo, que es el monte de oración y espiritualidad, los distintos altares preparados en las casas con tanto amor es una verdadera y santa muestra de un Carmelo cercano y espiritual”.
En la parte “Enséñanos a ser Iglesia Peregrina”, explica Yelena Gallardo, que María nos enseña a ser humildes, caritativos y serviciales. “Es interesante destacar que esta peregrinación tiene como objetivo la tarea de evangelizar con espíritu sinodal. Primero, se forma un equipo de coordinación y de servicios diversos (logísticos, litúrgicos y sacramentales). Es importante, entonces, el trabajo en equipo, en comunidad. No obstante, con dificultades, pero con espíritu de fe”, detalla.
En esa misma línea, releva que dentro de las directrices en la organización una de las claves está en el testimonio. “La mejor tarea de misión y evangelización es el testimonio de vida, es decir, que nos vean unidos, hermanos, felices, conciliados y conciliadores. La motivación nos centra en el compromiso de ser Iglesia (lo somos por el bautismo) y en movimiento, en salida como dice el Papa Francisco, como nos enseña San Francisco de Dios, confiando del todo en la Providencia de Dios”.
Finalmente, Yelena Gallardo, integrante de la Hermandad Carmelo Alto Choapa, ve de manera sorprendente como hasta el último rincón de cada valle, familias en sus ranchitos, acogen la imagen, “atendiendo con desayuno, almuerzo y onces a los peregrinos y aportando económicamente desde su pobreza y humildad, como la viuda del evangelio. Todo esto es laudable y maravilloso. Los más sencillos y pobres nos enseñan a ser Iglesia viva y acogedora. ¡Gracias! ¡gracias! y abundantes bendiciones”, concluye.
Revisa toda la peregrinación pinchando aquí.