La segunda eucaristía (19:30 horas) por los 170 años de la Pascua de Fray Andresito fue presidida en el Templo Recoleta Franciscana por el Obispo Auxiliar de Santiago, Monseñor Cristian Castro. En ella, una vez más se recordó -en su paso por tierras chilenas- el legado y trascendencia del Venerable, además de su amor y cercanía hacia los más pobres.
Al igual que la primera eucaristía, ésta comenzó con la lectura del decreto de la Indulgencia Plenaria que el Papa Francisco concedió por medio de la Penitenciaría Apostólica de la Santa Sede para todos los fieles que visitaron el Templo de la Recoleta Franciscana este 14 de enero.
Monseñor Cristian Castro comenzó su homilía recordando la importancia de mantener vivo el legado de Fray Andresito en nuestras vidas. “Hoy, 170 años después de su Pascua, somos nosotros quienes mantenemos este legado. Legado de oración, de penitencia, de mortificación, de vida cristiana profunda, de humildad, de sencillez y de modo particular, de caridad fraterna hacia los más necesitados. Nos deja este legado como un aguijón hermoso de cómo vivir el evangelio, de cómo hacer vida cotidiana la enseñanza de Jesús, y la Iglesia nos regala un sinfín de hombres y mujeres -santos y santas de Dios- que a lo largo de la historia nos han acompañado y que nos muestran que tenemos grandes amigos en el cielo”.
En esa misma línea, agregó que Fray Andresito constantemente mostró su cercanía con Jesús medio de su humildad, sencillez, delicadeza y con su oración. “Gracias a Fray Andresito hoy podemos decir que conocemos mejor a Jesús y la riqueza más hermosa que podemos tener es ser semejantes a Jesús”, exhortó.
Por último, a la luz del Evangelio del día y respecto de la Indulgencia Plenaria otorgada por el Papa Francisco, el Obispo Auxiliar de Santiago enfatizó en que Fray Andresito ‘da un paso atrás para dar paso a Jesucristo´. “El perdón y la misericordia hoy se hacen más patente en esta celebración. En este templo que cobija y guarda los restos de Fray Andrés vemos a Cristo misericordioso, Cristo que nos extiende su mano para darnos el perdón, para estrechar nuestra mano y decirnos te perdono, vete en paz”, animó.
Ser misioneros y seguidores de Fray Andresito
Una vez más, y al igual que la primera eucaristía, el Hermano Nicolás Alfaro, ofm, Guardián Templo Recoleta Franciscana, tuvo palabras de agradecimiento por tan bellas celebraciones. “Queremos alegrarnos juntos, ya que es una fecha muy significativa para nosotros, ya que es una nueva oportunidad para decir ´gracias a Dios´ por el hermano que nos ha regalado. Un hombre sencillo que fue capaz de contemplar a Dios y de vivir el evangelio en su vida, sirviendo especialmente a los más pobres, humildes, al que quiere encontrar Dios. Pidamos a Dios la acción sanadora, a través de un hermano nuestro, y queremos invitarlos a ser misioneros de la misericordia, de llevar buenas noticias a donde ustedes están”, clamó.
Antes de finalizar la eucaristía, cada uno los asistentes junto a Monseñor Cristian Castro y los Hermanos Franciscanos que concelebraron la santa misa, se acercaron hasta la tumba de Fray Andresito para rezar la oración por su pronta beatificación y pedir por aquellas intenciones que guardan en sus corazones.