La fundación del Convento de Angol fue el 13 de Julio de 1555, con el nombre de San Buenaventura. En 1863 se bendice la primera piedra del actual templo. En 1867, el Hermano y arquitecto Escatulini termina la obra. En 1868 el Hermano Sabini plantó arboledas y parrones en el huerto. De ahí en adelante, en estos 450 años de vida, a pesar de las vicisitudes, sólo han dado buenos frutos en este templo del sur de Chile.
El Hermano Carlos Pérez, ofm, Hermano de la Fraternidad de San Buenaventura de Angol, nos recuerda que, desde sus inicios, los Franciscanos se dedicaron a trabajar con el pueblo mapuche, “con quienes no tuvieron mayores problemas ni suerte que lamentar, y si bien, el templo fue destruido tres veces, las personas no fueron atacadas directamente”, relata.
Agrega que los Franciscanos se dedicaron a la evangelización y alfabetización, especialmente viviendo en medio de ellos. “Las crónicas dan cuenta de la fructífera labor misionera de los frailes Franciscanos y del apoyo que recibían por parte de los mapuches, pues eran ellos los que evangelizaban a sus hermanos con Catecismos inventados por los frailes, especialmente a base de signos y que los mismos mapuches se encargaban de explicar a sus congéneres. Hubo escuelas para enseñar, que después desaparecieron cuando nacieron organismos especiales”, detalla.
Cabe destacar que existió una razón muy clara para establecerse en Angol y fue la evangelización, alfabetización y atención a los pobres. “Con el correr del tiempo no han desaparecido estas opciones, se han reorientado, por lo cual, estos tres pilares, siguen siendo hasta hoy la razón de presencia de los Franciscanos de Angol. Están ubicados en un sector periférico y pobre de la ciudad, que a pesar del crecimiento sigue siendo marginal”, explica el Hermano Carlos Pérez, ofm.
Un poco de historia
Como parroquia San Buenaventura de Angol naceel 10 abril de 1966, donde se desmembró de la única parroquia central, la Inmaculada Concepción, que los mismos Franciscanos habían fundado. El Obispo Monseñor Bernardino Piñera Carvallo, fundó la parroquia con el mismo nombre del Convento. “Es decir, San Buenaventura, se fundó para una mejor labor pastoral y desde ese entonces se quedó dividida territorialmente de la parroquia madre que era Inmaculada Concepción”, enfatiza.
En la ciudad la parroquia San Buenaventura de Angol tiene tres capillas, todas ubicadas en sectores muy pobres. En lo que se refiere al sector rural, tiene a su cargo todo lo que corresponde a la Cordillera de Nahuelbuta. A la fecha, existen 15 comunidades campesinas, la mayoría con sus respectivas capillas.
El futuro de cara a Dios
Durante los 450 años que cumplió, la parroquia San Buenaventura de Angol nunca ha dejado de atender a los pobres, afirma el Hermano Carlos Pérez, ofm. “En el periodo de la pandemia, se atendió por medio de comunicación radial y se realizaron ollas comunes y ropero parroquial. Aún en momentos más difíciles del país en el sentido económico, desde años inmemoriales, existió un Comedor Abierto de San Francisco, el que atendía niños y adultos. Con el paso del tiempo el comedor se cerró, pero no ha sido inconveniente el seguir atendiendo desde otro giro a niños y adultos, a través del área de solidaridad parroquial, donde se atienden familias en riesgo social y de extrema pobreza”, enumera.
Actualmente, son dos los frailes que llevan adelante las diversas labores de la parroquia. El Hermano Carlos Pérez, ofm y el Hermano Nadio Aguilera, ofm. Pronto esperan la llegada de dos frailes: el Hermano Mario Márquez, ofm y el Hermano Juan de Dios Hernández, ofm, para reforzar aún más la valiosa labor evangelizadora en medio de esta Iglesia de Angol.