
Con una comunidad parroquial que actualmente mantiene un comedor fraterno llamado «Madre Teresa de Calcuta» y funcionando de lunes a viernes, la parroquia San Francisco de Asís de Concepción, atiende las necesidades de decenas de personas postergadas por sus precariedades. Acá un poco de su historia, en voz de su Coordinadora de Pastoral Social, Doralisa Alvarado Saavedra.
Con 39 años de vida, el Comedor «Madre Teresa de Calcuta«, en el último tiempo, logra diariamente atender de 13:00 a 14:00 horas, a alrededor de 60 personas en situación de calle, todo gracias a sus 15 fieles voluntarias y al sustento de los aportes de los hermanos de toda su comunidad parroquial, además de aportes de algunos socios.
La Pastoral Social se hace presente a través del voluntariado y proporcionando ropa a sus hermanos más necesitados. Además, cuenta con una “Pastoral de Migrantes”, en la que a través del “Ropero Fraterno”, realiza entrega de ropa todos los jueves a personas extranjeras y en situación de vulnerabilidad. Además, constantemente realizan campañas de alimentos no perecibles para ir en ayuda de las familias que vienen de afuera y de su propia comunidad.
Doralisa Alvarado, a nivel personal, explica que su participación y apoyo a la Pastoral Social de la parroquia San Francisco de Asís de Concepción ha sido desde siempre, razón por la cual, a partir del año 2021, le solicitan el servicio de coordinación. Tiempo que no ha sido fácil tampoco. “La pandemia dificultó las relaciones interpersonales producto del miedo al contagio del covid, ya sea para reunirse como Pastoral Social y participar de los voluntariados. A medida que pasaba el tiempo, pude ver las necesidades económicas y emocionales que enfrentaban nuestros hermanos de comunidad especialmente los migrantes y personas en situación de calle, lo que nos llevó a reunirnos de forma online para gestionar ayuda y apoyo a nuestros hermanos”, recuerda.
Respecto de qué significa para ella poder ayudar a los más necesitados, añade que es un compromiso y responsabilidad hacia el prójimo. “Es lo que nos pide el Señor y me permite también agradecer a Dios por su infinito amor y misericordia con la que se manifiesta en mi vida”.
Para Doralisa, este mes de la solidaridad se hace muy particular, debido a las grandes carencias que puede evidenciar, siempre con el desafío de cultivar en la sociedad el valor de la solidaridad. “Los 365 días del año, no es solo preocuparse de la ayuda económica y material, sino que también preocuparse del estado emocional y espiritual de cada hermano que sufre cada día: la soledad, la depresión, la angustia. Allí, por medio de nuestro aporte, podemos anunciar que en Cristo Resucitado se pueda encontrar la paz, especialmente en el adulto mayor, quienes cada día sienten el abandono por parte de sus familiares y de la sociedad”, precisa.
Asimismo, la Pastoral Social de la parroquia San Francisco de Asís de Concepción este año 2022 asistió a los hermanos de su comunidad y especialmente a la Pastoral de Migrantes con cajas de alimentos, ropa, colchonetas, frazadas, pañales y juguetes. También a los usuarios del comedor fraterno, quienes recibieron ropa y almuerzos. “Siempre con la buena disposición de acompañar a cada hermano espiritual y emocionalmente privilegiando siempre la escucha y la oración para que en Dios encuentren el consuelo frente a las diversas situaciones que enfrentan”, enfatizando en que todo esto, “ha sido posible gracias a los aportes de nuestros hermanos de la comunidad parroquial y de la Pastoral Social de la Vicaría de la Arquidiócesis de Concepción”.
Finalmente, y a la luz de esta difícil realidad, Doralisa Alvarado anima a todos a seguir aportando. “La invitación es a visitar el Facebook de nuestra parroquia para que puedan conocer a través de los videos y fotografías, las actividades que se han realizado con el fin de que animen a integrarse, participar y/o colaborar en el comedor fraterno, ropero fraterno, etc.”, clama.