Mes de la Solidaridad 2022: Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Salamanca

Atendiendo los días sábados y dando almuerzo a más de 40 hermanos que viven momentos difíciles, la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Salamanca, por medio de su Comedor San Antonio de Padua, ha estado presente en el peor tiempo de la pandemia, siempre a través de entrega de cajas de mercadería, un acompañamiento o simplemente, una escucha acogedora.

En voz de Ilsia Brito Lanas, Ministra OFS (Orden Franciscana Seglar) y laica activa en la parroquia, conoceremos el vital aporte que realiza el Comedor San Antonio de Padua año tras año: En 2019 fueron 302 cajas de mercadería; el 2020, 322; y el año 2021, fueron 371. Ese es el balance de al menos los últimos años y que han golpeado fuertemente al mundo entero.

Así, Ilsia nos da paso a una entrevista que da cuenta de la realidad del norte de nuestro país y cómo la ayuda solidaria brinda una mano a todos quienes más lo necesitan. “El Comedor San Antonio de Padua de la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Salamanca, siempre está disponible a ayudar a quienes más lo necesiten, y por lo mismo, es tarea de todos los hermanos y hermanas de Salamanca y sus alrededores, poder ayudar a través de donaciones o víveres a nuestro comedor. Todo esto ayuda a continuar con esta hermosa obra”, destaca.

A nivel personal, ¿desde cuándo que usted participa en la Pastoral Social?

Yo comencé a participar en esta obra aproximadamente hace 14 años. Mi hija mayor participaba en JUFRA y tenían un día de servicio en el Comedor San Antonio de Padua. Un día me invitaron para que yo cocinara y de ahí comencé en este servicio que me encanta. Vi un mundo muchas veces invisible, ya que no se percibe todo el quehacer y las necesidades de los mas vulnerable. Y ojo, no solo, necesidades básicas, sino que también la necesidad de sentirse visible ser escuchados y por qué no decirlo acompañados.

¿En qué consiste básicamente la ayuda social de la parroquia?

El Comedor San Antonio de Padua daba alimentación antes de la pandemia los días martes y sábado. Esto era atendido por grupos eclesiales, mamás y papás de los niños en preparación de Primera Comunión y Confirmación y la OFS. Cada sábado le correspondía a un grupo, y la OFS tenía el comedor el ultimo sábado de cada mes. Posterior a la pandemia, es decir este 2022, tenemos un grupo que entrega su servicio al comedor en forma casi permanente. Está conformado por 2 hermanas de la Cofradía del Carmen y 2 hermanos OFS. Lamentablemente post pandemia se nos ha dificultado el tener mas grupos que sirvan en el comedor, pero hasta hoy se cumple el objetivo de nuestro servicio, el cual es estar disponible a ayudar y entregar el alimento a los más necesitados. También tenemos un ropero solidario y en invierno se hace la campaña Abriga a tu Hermano. Esta campaña nos ha dado la oportunidad de haber entregado ropa de abrigo y sábanas de polar, frazadas a abuelitos y familias que lo necesitan.   

¿Cómo ha vivido este tiempo de pandemia en lo personal y cómo ha visto a la gente después de tanta precariedad?

Este tiempo de pandemia como muchos, lo pasamos con temor, pero Dios se nos acercó y nuevamente comenzamos a vivir nuestra vida parecida a la de antes. Muchos vimos y vivimos lo frágil que es todo. Después de tanta cosa mala, nos hemos armado nuevamente y hemos salido a atender a nuestros hermanos que la están pasando mal, brindándole un rico almuerzo y más de alguna conversación. En otras palabras, un poco de compañía y atención. 

¿Qué significa para usted poder ayudar a los más necesitados, a través de comedores y de la pastoral social?

¡Uf!, son tantas cosas. Pero lo principal es que este servicio es de entrega, no es un compromiso porque si este servicio lo hago desde el corazón, no es una imposición ni nada parecido. Para mí es llegar a cocinar con amor y que quede rico. Que quienes lleguen al comedor se sientan bien recibidos, respetados y satisfechos. Para estar en este servicio tenemos que ver al hermano con empatía; y como San Alberto Hurtado decía, este servicio lo hago “Contenta Señor Contenta”.

En este mes de la solidaridad vemos mucha gente ayudando, pero en lo puntual, ¿cuáles son los desafíos que le plantea la realidad del país?

El desafío creo yo más urgente es salir de nuestra zona de confort. Hay que adentrarse a la necesidad del otro, dejar el individualismo y ser más comunidad, y ver que hay un mundo más allá de nosotros mismos y que las carencias de todo tipo están ganando terreno. Después de la pandemia nos aceramos a Dios, hay muchos creyentes, pero también perdimos a muchos servidores e increíblemente después de tanto, también nos hemos alejado del hermano que sufre. Dios también nos necesita afuera, allá en las periferias de la vida.

¿Cuáles han sido los principales aportes que realizaba la Pastoral en este último año?

Este año 2022, después de la pandemia comenzamos nuevamente a dar el almuerzo los días sábados y entregar ropa de abrigo. También, nos hemos dado cuenta que después de la pandemia se nos ha dificultado la participación de los grupos en el comedor, aun hay temor, pero Dios siempre nos ayuda a que cada sábado haya un grupo de hermanos y hermanos, los cuales nos reunimos a cocinar para nuestros hermanos más vulnerables: familias abuelos, migrantes y hermanos en situación de calle. Entregamos alimentos y el Ropero también está disponible para cuando es necesario entregar ropa de vestir, zapatos y ropa de cama. La pandemia también ayudó a abrir un Banco de Pañales para gente postrada y aun hay hermanos que hacen llegar estos artículos de primera necesidad para abuelitos que están postrados o semi postrados. 

¿Cuál sería su invitación a la gente a poder sumarse y seguir ayudando, a través de comedores y de la Pastoral Social a tantos pobres y necesitados?

La invitación es a venir a conocer esta realidad con un sentir real de servicio, acompañamiento y porque no decirlo oración. Esta entrega de nuestro tiempo al hermano que nos necesita, nos hace ver la realidad que muchas vemos pensamos no esta sucediendo en nuestra comunidad. Hay abuelitos y abuelitas solitos y solitas, muchas veces se alegran solo de ver que alguien se acuerda de ellos. Mas allá de las cajas de mercadería que se le entrega en Navidad, Fiestas Patrias o en el transcurso de la campaña de Invierno, muchas y muchos hermanos que hacen el servicio de entregar dichas cajas, después dan el testimonio de lo felices y agradecidas que quedan nuestros hermanos en condiciones tan desiguales y de sentirse abandonados.