Es 16 de junio. Santiago amaneció nublado y con frío. Poco a poco los hermanos vamos llegando al convento franciscano más antiguo de Chile: San Francisco de Asís de Santiago. En este lugar nos reuniremos con Fray Massimo Fusarelli, nuestro Ministro General. La alegría del reencuentro entre los hermanos va inundando el ambiente y nos va disponiendo para el encuentro con el sucesor de San Francisco de Asís.
En un ambiente distendido y fraterno, el Ministro General nos va conociendo, escuchando y animando. Con un oído solícito va acogiendo nuestras interrogantes y comentarios. Y nos motivó a «seguir siendo en esta tierra chilena un pequeño pero verdadero y vivo signo del Evangelio».
Por la tarde finalizamos el encuentro con la celebración eucarística. En ella elevamos nuestra acción de gracias al Altísimo, Omnipotente, Eterno y Sumo Dios por el don de la vocación, de la llamada a la vida franciscana y pedimos la gracia de ser hermanos y menores a la escucha de la voz del Espíritu.