
El pasado lunes 14 de marzo, el Templo Recoleta Franciscana, ofreció una nueva misa por la pronta beatificación de Fray Andresito. En esta ocasión, el Hermano Nicolás Alfaro, Guardián del Templo, presidió la eucaristía que recuerda el legado social y pastoral del Venerable en su paso por nuestras tierras.
En su homilía el Hermano Nicolás Alfaro, comenzó recordando, a la luz del Tiempo de Cuaresma, que no solamente debemos quedarnos en la lectura del Evangelio, desde un punto de vista intelectual o de la razón, “sino también, que los cristianos estamos llamados a vivir el Evangelio en la práctica. Por eso es tan importante escuchar a Jesús cuando nos pide practicar la misericordia, cuando nos pide vivir en el perdón, esto en clave también de la libertad de los Hijos de Dios para hacer el bien y vivir la dimensión del Reino”.
A lo anterior, añadió. “Justamente, es comprender que cuando nosotros somos capaces de mirar, reconocer y ponerle nombre a nuestra propia miseria, a nuestros propios límites y a nuestras fragilidades, desde la fe, podemos comenzar un proceso de conversión, de cambio y de redención a la luz de Jesucristo”.
Por lo que animó a tener amor por el prójimo. “También nosotros podemos hacer procesos con los demás, entender también las miserias del otro y la necesidad de qué esas miserias, sean también acompañadas, sostenidas miradas, recogidas reconocidas. En palabras más simples, cuando yo reconozco mi pecado, también puedo comprender y acompañar el pecado de mis hermanos. Y no sólo el pecado, sino las propias miserias y fragilidades”, explicó.
Por ello, el Guardián del Templo Recoleta Franciscana, sostuvo que Jesús nos invita a reconocernos pecadores, “y cuando reconocemos los aspectos más frágiles y negativos de nuestra vida, también podemos ver nuestros dones y comprender que Jesús no nos pide nada extraordinario, sino que nos pide solamente lo que él ha depositado en nosotros”, valoró.
Al respecto de esto último, el Hermano Nicolás precisó que Fray Andresito, precisamente “supo poner por obra lo que él era, lo que él tenía y que sin duda, son dones de Dios, como la caridad con el pobre, la necesidad de enseñar al que no sabía, la capacidad para caminar para reconocer lo que había en el interior de las personas, contemplando su historia, el lugar donde vivían- habitualmente a las orillas del camino- y captar desde allí, la necesidad de hacer presencia de Dios en ellos y de practicar la misericordia”, exhortó.
Por último, destacó que Fray Andresito supo ponerse al servicio de los demás y “vivir en la lógica del don del Evangelio y eso también es una invitación para nosotros. Cómo nosotros, reconociéndonos nos ponemos al servicio de las necesidades del mundo, no como meros activistas políticos o sociales, sino como portadores del don del Evangelio que llevamos gracias a Dios y del que somos todos protagonistas”, cerró.
Todo finalizó con la oración por la pronta beatificación de Fray Andresito y por aquellas intenciones que dejaron los asistentes a la misa de este lunes 14 de marzo.