Destacado y recordado por su gran legado social, cultural, humanitario, educacional y pastoral, entre otros servicios; además de un incansable aporte hacia los más pobres, la comunidad de la parroquia El Patronato de San Antonio de Padua recordó la figura del padre Luis Orellana, quien partió a la Casa del Padre un 21 de noviembre de 1935. Este martes 23, se realizó una misa de acción de gracias en memoria de este gran sacerdote.
El padre Luis Orellana nació en Molina, el 24 de junio de 1874. Ya siendo fraile y sacerdote Franciscano y, hasta el día de su muerte, realizó un fructífero apostolado, creando el Patronato San Antonio, gigantesca obra social. Además, fue un hombre sensible frente a la miseria que sufría el entonces, sur de Santiago, donde decenas de miles de personas vivían hacinadas en campamentos y conventillos.
Lo anterior, lo llevó a iniciar una infatigable tarea de promoción por la dignidad humana. Murió en 1935 a los 61 años. En honor a su trabajo y espíritu de emprendedor social, luchador por la dignidad humana y su dedicación al prójimo, su legado es recordado y traspasado de generación en generación por muchas personas.
En la misa, presidida por el Hermano Santiago Andrade, Vicario Provincial de la Orden Franciscana, se destacó este sinfín de labores que el padre Orellana realizó en vida. “Está vivo en el recuerdo de la gente, sobre todo en las personas de mayor edad, pero también ellos han transmitido a los jóvenes y está presente en toda la comunidad del Patronato, en los colegios. Está presente en las obras solidarias que se hacían y presente también, en el recuerdo de todas las personas que viven aquí en este lugar”, aseveró.
Luego, el Hermano Santiago Andrade, invitó a no olvidar la figura de este sacerdote apegado siempre a la figura de San Francisco de Asís, sobre todo desde la justicia social. “La presencia del padre se vivió en una época donde se destacaba mucho lo social y la encíclica Rerum Novarum, de las cosas nuevas, incentivó a la Iglesia Católica a que se preocupe más por las obras sociales de las personas más necesitadas y, sobre todo, a los pobres y desvalidos. Por eso ahí nace en algunas personas, ese deseo de hacer algo nuevo y esa ayuda encausarla en las obras”, dijo.
Por último, recordó. “La caridad hay que hacerla siempre. La caridad no es solamente de una época, lo social no es solamente para el año 1900, sino que también es hoy. Quizás hoy con otros rostros de personas necesitadas, por ejemplo, migrantes y tantas injusticias que hay. Ahí la Iglesia tiene que mostrar esa parte social y que mejor que para nosotros los Franciscanos, que mirar al padre Orellana”, cerró.
Gracias padre Luis Orellana
Rosa Leiva, con más de 30 años en la comunidad recuerda con afecto cada una de las obras del padre Luis Orellana: “Soy de la parroquia toda la vida. Tengo 80 años y la figura del padre Orellana representa para nosotros un impulso para seguir el trabajo en esta parroquia. Hemos ido conociendo de a poco sus obras y estamos en la búsqueda de ese seguimiento. No será muy fácil, pero hemos tratado de mantener su espíritu vivo”.
Isabel Jorquera, coordinadora parroquial del Patronato San Antonio de Padua, añadió que esperan con ansias el 6 de enero del próximo año para celebrar el centenario de la parroquia. “Este es el inicio de los festejos y para mí es un honor ser parte de este tiempo donde se homenajea el padre y se van a cumplir 100 años para celebrarlo con fuerza. Destaco muchos su obra social y lo más importante, es continuar su legado como comunidad. Hay muchas obras que ya no están, pero al menos las que están, esperamos continuaras, como la parte social y la catequesis”.
La misa, culminó con la bendición de una placa recordatoria de todos los párrocos que ha tenido la parroquia El Patronato de San Antonio de Padua en estos casi 100 años de vida que se festejarán el próximo 6 de enero de 2021.