La relevancia de la Encíclica Laudato si desde el carisma Franciscano

En este nuevo ciclo sobre el Magisterio del Papa Francisco, el Hermano Jaime Campos, Director de la Oficina JPIC de la Orden Franciscana en Roma, profundizó en esta segunda encíclica del papa Francisco, firmada el 24 de mayo en la Solemnidad de Pentecostés del año 2015, y que se centra en el planeta Tierra como lugar en el que viven las personas, defendiendo la naturaleza, la vida animal y las reformas energéticas.

El Hermano Jaime Campos, desde Roma, comenzó su ponencia destacando la importancia de recordar las encíclicas que el Papa Francisco ha dejado para el mundo y en este caso en particular Laudato si: “Si nos dejamos interpelar por alguna situación, ciertamente vamos a generar algún cambio al interior nuestro y también ese cambio, va a generar cambios hacia fuera, porque no sólo nos movemos internamente, sino que también con todos quienes nos relacionamos”, dijo.

Sobre el contexto de la encíclica, recordó que fue publicada el año 2015, en el mes de mayo «y ese mismo año, se celebraba la Conferencia de las Partes convocada por la ONU, que habla sobre el cambio climático. En aquella ocasión fue la COP21 y de ahí, nació el Acuerdo de París. Entonces, el contexto que se veía, estaba marcado por las negociaciones en torno de la crisis climática que estábamos viviendo o qué seguimos viviendo hasta el día de hoy. Por eso la encíclica vino a respaldar la necesidad de un cambio»

Además, recordó que la encíclica se gesta de un proceso de escucha y un proceso de discernimiento «y un proceso que desemboca en algo como la Encíclica Laudato si, que están contingente y fuerte para nuestros días. Si lo miramos desde el carisma Franciscano, tampoco es una novedad, ya que la reflexión en torno al cuidado de la creación, es una reflexión que se venía haciendo en la familia Franciscana desde la década de los 90”, afirmó.

A la luz de los seis capítulos que componen la Encíclica Laudato si, el Hermano Jaime precisó algunas cosas importantes para el católico, la Orden Franciscana y el mundo entero:

“La encíclica nos hace esta unión entre «El clamor de la Tierra y también en el clamor de los pobres» [LS49], ya que son los más afectados muchas veces por el cambio climático, por la injusticia y con esto quiero destacar que no se trata de una encíclica verde, sino que más bien de una encíclica social, pastoral, que nos invita a todos a preocuparnos del ser humano y de ese ser humano que se pone en relación con otros y con otras”.

“Los problemas actuales requieren una mirada que contenga todos los factores de la crisis mundial, por lo tanto, eso es lo que propone la encíclica, una ecología integral que pueda abarcar e incorporar claramente las dimensiones humanas, sociales, políticas, económicas. Qué le preocupa el Papa en la encíclica, le preocupa que no podemos seguir viviendo como estamos viviendo, es decir, bajo la cultura del descarte”.

Por último, dejo una invitación a dejarse interpelar «y como dice la Laudato si en su numeral 19, atrevernos a convertir en sufrimiento personal lo que le pasa al mundo y así, reconocer cuál es la contribución que cada uno puede aportar. Hay que dejarse interpelar para producir cambios”, cerró.

Durante su exposición, el Hermano Jaime Campos, invitó a dos personas a profundizar en la Encíclica Laudato si:

El primero, fue Gabriel López, Franciscano seglar y Director de Comunicaciones del Movimiento Católico Mundial por el Clima, quien informó que desde El Vaticano, lanzarán el día 25 de mayo, una Plataforma de Acción Laudato si, «que es una herramienta que va a permitir a personas, familias, diócesis, escuelas, hospitales y las empresas, desarrollar un camino de 7 años de su propia conversión ecológica, entregándoles una serie de herramientas, consejos, tips e instrucciones para que pueden hacer el cambio necesario a nivel institucional”.

“Si yo creo y digo que estoy viendo la creación desde el sello del creador y leo a Dios en esto, pero permito que se destruya la creación lo que estoy prometiendo en el fondo es que se destruye la imagen del creador”, razonó.

En segundo lugar, Ana Belén Ortega, parte del Movimiento Católico Mundial por el Clima desde Ecuador, esbozó a la luz de los aportes de la ciencia y religión a la realidad [LS62] que “ambas no contradicen a la fe. Cuando pienso en los milagros pienso justamente en la ciencia y por eso digo que la ciencia prueba la fe. Entonces, no son dos cosas que están en guerra, sino que, si se trabajan de la mejor manera, pueden aportar muchísimo y la encíclica lo rectifica”.

Luego, por medio de gráficos sobre calentamiento global, deshielos, radiación solar, fenómenos climáticos, reducción de arrecifes, el estrés en el humano, manifestó que “los números muestran la realidad y la realidad invita a la acción, es decir, si no partimos haciendo cosas buenas y bonitas, se presentan porque Cristo quiere que aparezcan en la realidad”.

El Hermano Máximo Cavieres, Delegado Provincial de JPIC, agradeció esta nueva instancia de participación: “Sin duda, quedamos muy motivados y esperanzados en poder comenzar a trabajar y hacer cosas más concretas en nuestra vida y en nuestras instituciones, y también conectarnos entre nosotros para trabajar juntos por estos temas que se han presentado”, animó.

Reacciones en redes sociales:

Catalina Valenzuela: “Muchas gracias por el taller, muy bueno, ojalá llegue a muchos Hermanos. Creo que el individualismo es nuestro peor enemigo, debemos trabajar para vivir plenamente la vida fraterna. Bendiciones a todos. Paz y Bien.

Sor Consuelo Borda: “Cómo fomentar una educación ecológica, sabiendo que la persona es un ser importante de la creación y que ahora se ve atacada, ya que no podemos gozar del medio ambiente con más libertad”.

Jaime Mora: “Gracias a ustedes por seguir motivando el cuidado de toda la creación. El Señor les bendiga y empecemos de nuevo, ya que hasta el momento poco o nada hemos hecho. Paz y Bien”.

La siguiente exposición, será el sábado 15 de mayo a las 16.00 horas y esta vez, será sobre la Exhortación Apostólica “Amoris laetitia”, a cargo de Claudia Leal, Doctora en Teología Moral.