Semana Santa 2021: Tiempo de gracia y renovación de la fe

Solos, en familia o en comunidad. Esta Semana Santa, nuevamente en pandemia, será recordada como un tiempo distinto, que, a pesar de estar lleno de incertidumbres y complejidades, la fe se mantuvo intacta en millones de católicos a lo largo del mundo. Lo virtual nuevamente fue la mayor experiencia en cada una de las personas.

La Orden Franciscana a lo largo del Triduo Pascual pudo, a través de las plataformas virtuales, llevar hasta los hogares de cientos de personas por medio de retiros y eucaristías, la Vida, Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.  Todo comenzó con Domingo de Ramos (28 de marzo), donde la Iglesia celebró la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. Luego, el Jueves Santo (1 de abril), fue el día que recordó la Última Cena de Jesús con sus apóstoles y en las que lavó los pies de sus apóstoles, dándonos un ejemplo de servicialidad y humildad.

El Viernes Santo (2 de abril), por su parte, recordó la Pasión de Nuestro Señor, su prisión, los interrogatorios de Herodes y Pilato, la flagelación, la coronación de espinas y la crucifixión. Lo conmemoró con un Vía Crucis solemne y con la ceremonia de la Adoración de la Cruz. El Sábado Santo (3 de abril) en tanto, fue el día que Jesús pasó entre la muerte y la Resurrección. Por último, el Domingo de Resurrección o Domingo de Pascua (4 de abril), mostraron cómo Jesús venció a la muerte y nos dio la vida.

El Ministro Provincial, Fray Isauro Covili, señaló sobre este tiempo, la gran trascendencia que tiene para los cristianos: “Hemos vivido como Iglesia estos días santos, en cuarentena, con todos los aforos permitidos, celebrando el misterio central de nuestra fe: la vida de Jesucristo, muerto, crucificado, resucitado y vivo en medio nuestro y en medio de las comunidades del mundo”. (ver mensaje)

Jorge Gómez, de la parroquia Natividad del Señor en Navidad, en tanto, recordó que por segundo año consecutivo tuvo la oportunidad de vivir Semana Santa de forma familiar, “llena de amor, recogimiento, armonía y oración. Tuvimos la oportunidad de participar en el Vía Crucis virtual que realizó la parroquia, participando mi familia. Puedo rescatar de esta semana, que pudimos pasar una Semana Santa en familia, ya que antiguamente se nos complicaba bastante estar todos reunidos”, expresó.

Patricia Olmedo de la parroquia San Buenaventura de Angol, manifestó que al igual que el año pasado por la pandemia, no pudo asistir a su parroquias, “pero a pesar de eso, nosotros como Fraternidad Franciscana pudimos generar una instancia para poder reunirnos todos estos días, donde cada uno de los participantes pudo hacer una meditación que nos invitó a reconocer que no estamos solas, sino que reuniéndonos y apoyándonos, podemos salir adelante en esta pandemia cada una con sus distintas realidades. Fue un espacio para confirmar este caminar de fe. El poder encontrarnos y contar nuestras experiencias y en ellas apoyarnos y rezar, nos favoreció mucho. Nos dimos cuenta que en esta Semana Santa debemos seguir renovando nuestra fe, que nos tenemos que seguir apoyando como hermanos en Cristo y tener confianza en Él. El hecho de estar inquietos con esta pandemia nos debilita en la fe, entonces ahí tenemos que preguntarnos qué apóstol queremos ser. Fue un lindo espacio para reencontrarnos con Jesús, conversar con Él y acompañarlo”, reflexionó.

Para Paola Alarcón, de la parroquia Franciscana San José Obrero en La Serena, esta Semana Santa también estuvo marcada por lo virtual y lo espiritual. “No puedo negar que sentí nostalgia, que quise estar ahí presente cantando, leyendo, o simplemente participando de toda la riqueza de las celebraciones presencialmente, y cuesta no poder hacerlo. Pienso que en un modo u otro nos ha obligado a vivir en modo distinto, pero no distante, nuestro celebrar, y esto marcará un sello importante en nuestra historia cristiana actual como “comunidad de fe”. El reunirnos en casa, en pequeñas comunidades nos recuerda la “Iglesia doméstica de los orígenes”, y creo que debemos recuperar esta dimensión en la vida espiritual”, relató.

Desde la parroquia San Francisco de Asís en Parral, María Eugenia Salinas destaca de esta Semana Santa que “estar en casa nos regaló ese tiempo que necesitábamos para reunirnos, para aprovechar las reflexiones y actividades que pudimos ofrecer a través de Facebook. Esta fue la forma de llegar a los hermanos, de sentirnos acompañados y ver que la comunidad sigue unida en la oración a pesar de la distancia. Fue un tempo de regalo, de reflexión, de tratar de entender esta realidad que afecta a todos, pero que nos regala el estar en familia, dedicarnos a la oración y de esparcimiento”.