Orden Franciscana en Chile proyecta su caminar a la luz del Pobre de Asís y en modo pandemia

Entre los días lunes 22 y martes 23 de marzo, se reunieron los Guardianes, Párrocos y Ecónomos de las casas de la Provincia de la Orden Franciscana en Chile. En total fueron 20 personas las que tuvieron la oportunidad de dialogar y reflexionar sobre diversos ámbitos que envuelve al carisma Franciscano.

Los participantes se reunieron con el fin de profundizar sobre el liderazgo de la vida fraterna y a partir de ello, conocer y profundizar la realidad que viven en tiempos de pandemia. El Hermano Lino Miranda, sostuvo que “siempre es necesario reunirse, sobre todo con aquellos hermanos que tenemos oficios particulares en la Fraternidad. Fue un espacio para poder animarnos y de formación. En esa necesidad de ir haciendo camino de la realidad humana cristiana y Franciscana, fue también una oportunidad para crecer, tener diálogo, de acompañamiento, de contención y de estímulo frente a la realidad que nos azota como pandemia. En el hoy de nuestra historia y en la pandemia en general, tuvimos una buena participación, fue un diálogo abierto, sincero, donde pudimos presentar nuestros reconocimientos a los hermanos, tiempo para aclarar dudas, tener un espacio para corregirnos. Siempre es bueno que los hermanos nos encontremos, aún en este tiempo que nos toca vivir y en la realidad virtual, todo eso nos ayuda a seguir creciendo en comunión fraterna”, relató.

El Ministro Provincial, Hermano Isauro Covili, agrega que “esta jornada nos permitió reflexionar sobre diversos aspectos de la vida de la Provincia y, sobre todo, son jornadas de animación para aquellos que tienen un cargo, pero siempre la luz del evangelio, ya que la vida y regla es vivir el evangelio, por lo tanto, la animación está en esa línea. En este encargo de caminar con el pueblo de Dios, con las comunidades, con los desafíos que esto tiene en términos de diálogo, en comunión y fraternidad con laicos y agentes pastorales, pudimos profundizar en varios aspectos de nuestra vida humana”, precisa.

El Ministro Provincial, detalló los aspectos más relevantes de esta actividad: “Poder ser o construir una fraternidad orante, en oración, cultivando el espíritu de devoción y oración como nos invita San Francisco. Ser una comunidad fraterna, de diálogo, honesta, de compartir la vida y de testimoniar a los demás nuestro seguimiento a Jesús. Y luego, de misión compartida entre frailes y laicos, ya que en cada uno de los lugares que estamos, los agentes pastorales no están para ayudarnos, están para trabajar juntos y para vivir el anuncio de Jesús y tienen la responsabilidad de ser miembros del pueblo de Dios, por ser bautizados, por lo tanto, no es un favor que hacen a los hermanos, sino una ayuda y una responsabilidad”, analizó.

La Hermana Mariana Peña Mendoza sp, Sicóloga de la Congregación Hermana de la Providencia, resume esta valiosa ocasión como una gran oportunidad para compartir con los Hermanos Franciscanos un tema tan propio de ellos como es la vida fraterna: “Fue un desafío, darle una nueva mirada me motivó a aceptar la invitación. Llevarlos a una visión de animación fraterna en corresponsabilidad, que partía desde el interior de cada uno, fue una tarea algo difícil, pero no imposible de comprender y vivenciar. Una vez analizados los conceptos se pasó a un compartir en grupos que permitió, desde la experiencia personal, hacer un trabajo que los llevara a reconocer el sentido y significado que le damos a los acontecimientos. En el espacio de plenario se percibió la tendencia natural, de que es más difícil de lo que pareciera mirarse así mismo, en relación a lo fácil que es exteriorizar y buscar causas y consecuencias fuera de nosotros mismos, también el tender a catalogar todo como bueno o malo, evitando o distrayéndonos de la pregunta fundamental: ¿Qué me pasa a mí con esto? ¿qué se ve amenazado dentro de mí?”, desglosa.

La religiosa, añade que “de esta experiencia, quiero destacar de cada uno, la apertura a la escucha, la disponibilidad al trabajo y al compartir, la sencillez y simplicidad, y el esfuerzo por tratar de ir hacia dentro, eso es corresponsabilidad, poner el acento en nosotros por un bien común, su fruto y consecuencia: la animación fraterna”, cierra.