Con 59 de sus 60 años de sacerdocio en Chile, el padre Leonardo Braeken celebró en compañía de sus hermanos de la Orden Franciscana, seis décadas de anuncio del Evangelio en medio de los más necesitados.
La eucaristía, presidida por el mismo Hermano Leonardo, fue un espacio para agradecer a Dios por estos 60 años de ministerio sacerdotal y ser testigos de su historia de vocación misionera, donde dejó su familia y fraternidad, y asumió su servicio apostólico en Chile.
La homilía, a cargo del Hermano Isauro Covili, Ministro Provincial, recordó la historia de vida y de fe del Hermano Leonardo, desde su nacimiento en Bélgica, las consecutivas de la II Guerra Mundial, el amor al prójimo y a su familia: “Naciste en plena guerra- con todo lo que implica una guerra- muertes, pérdidas de familiares, odio, destrucción. Seguramente sería muy difícil hablar de amar a Dios, llamar al prójimo en un contexto de guerra, pero también es verdad que, en esa misma guerra, como también en la primera que ya habían sufrido, hubo hombres y mujeres que la iglesia los ha canonizado por su vida evangélica”.
Agregó: “En el camino del Pobre de Asís, que esencial es abrazar al leproso y dejarse abrazar por él. Es contemplar en el pobre a Jesucristo pobre y crucificado. Es ser peregrino, es ir por el mundo. Esto mi querido hermano, lo descubriste y tu corazón universal, se llenó de gozo y de espíritu misionero. Dejar familia, amigos, patria y emprender una itinerancia es el testimonio más elocuente de tu vida misionera que ha marcado a fuego tu talante Franciscano”.
Sobre su vida misionera, el Ministro Provincial agregó: “En todos estos lugares en los que has vivido y evangelizado, el Señor te ha dado la gracia de acompañar a tantas comunidades cristianas para que amen a Dios y se dejen amar por Él, como también, para que vivan a imagen del prójimo con rostro de solidaridad. Has formado comunidades, has construido algunas capillas en el norte, junto con ello, pudiste animar a tus propios hermanos a ser fieles a su vocación Franciscana y misionera, como también formar a jóvenes en el noviciado Franciscano”,
Por último, destacó: “Tus 60 años de sacerdocio son motivo de alegría y gozo, ejemplo de perseverancia, como una forma de vida y vocación. En un tiempo donde los compromisos no son eternos y muchos abandonan, donde todo está en crisis, tú hermano, eres una persona ordenada, organizada, austero, sencillo, un hombre de oración y disciplina, eres alegre y tu rostro se hace luminoso cuando te ríes y manifiestas paz”.
El Hermano Leonardo Braeken, agradeció las distintas muestras de cariño, no sólo de la Orden Franciscana (a través de sus hermanos presentes en la misa y de manera remota), sino también de familiares y amigos: “Para mí es muy importante celebrar mi ministerio de sacerdote con esta misa. Pueden ver la intención que tengo en mi corazón, el poder pensar en la familia, en todos aquellos que me han apoyado en mi vida y en la formación Franciscana y sacerdotal. Agradecer a tantas personas que han pasado por mi vida apoyándome. Recordar a tantos sacerdotes tantos bautismos matrimonios tanto enfermo que visitaba muy a menudo en hospitales. En todo eso veo como el Señor utiliza a una persona para servirle”.
Tras ello, recordó: “Ciertamente doy gracias a Dios por todo lo que he vivido aquí en Chile. Hemos vivido muchas situaciones donde he visto que es muy importante nuestro servicio de sacerdote. En el norte, por ejemplo, aprendí la devoción popular que tiene la gente, son un pueblo que realmente quiere expresarse, por medio de danzas y cantos y también buscar el camino de Dios”.
Al final de la misa, el Hermano Leonardo Braeken recibió por medio de un pergamino, la bendición apostólica del Santo Padre, Papa Fran cisco, por sus 60 años de servicio sacerdotal y misionero.
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