Con una eucaristía que fue acogida desde diferentes partes de Chile, la Familia Franciscana comenzó a vivir este maravilloso tiempo que comenzó este martes 1 de septiembre y que culminará el domingo 4 de octubre con la Fiesta de San Francisco, Patrono de los cultivadores de la ecología.
La misa de las 19:00 horas fue presidida por el Hermano Isauro Covili, Ministro Provincial, quien en sus palabras señaló que “San Francisco nos enseña que la fraternidad no sólo está en lo humano, sino que su experiencia teológica y espiritual profunda se pudo reconocer en la creación y en cada una de sus criaturas como hermanos”.
A la luz de los textos proclamados, sostuvo que «Jesús nos invita a abandonarnos en las manos de Dios- para quien somos las criaturas más importantes de la creación- y así pasar de la angustia, a la confianza. Una frase que resume la actitud del cristiano. Los cristianos y el mundo, pero sobre todo los cristianos, no estamos comprometidos con una causa perdida sino con una causa que ha sido ganada en la cruz con la vida de Jesús”.
En sus palabras finales y sobre cuidar la Tierra y ser custodios de la creación, analizó: “Trágicamente la respuesta humana a este regalo que es el cuidado de la Tierra y la creación, ha sido marcada por el pecado, con la barrera de su propia autonomía con la codicia de poseer y explotar y con ello hemos olvidado quiénes somos- criaturas a imagen de Dios-. Dios nos ha creado. Este es el tiempo para habituarnos de nuevo a rezar, inmersos en la naturaleza, donde la gratitud a Dios surge de manera espontánea”.
El hermano Máximo Cavieres, Delegado Provincial de JPIC –Justicia, Paz e Integridad de la Creación, sostuvo sobre la misa que “uno de los grandes paradigmas de nuestro tiempo es la tecnología, la que ha determinado nuestro estilo de vida actual, y que, usada de buena forma, ayudará enormemente a todos. Por ello la celebración de la misa con la participación de personas en diferentes lugares, ayudados por la tecnología, es sin duda una experiencia interesante”, donde recordó que no debemos olvidar que el contacto directo no podrá ser reemplazado, “y que la mayor conexión que debemos aspirar es la mantenernos unidos en el Espíritu de oración y devoción, que hace que todo esté plenamente conectado”.
Iniciar este tiempo de la Creación con la celebración eucarística es clave. Al menos así lo piensa el Hermano José Manuel Hernández de la fraternidad San Felipe de Jesús, “porque queríamos renovar nuestra vocación de custodios de la creación, darle gracias a Él por el don de todo lo creado y pedirle ayuda para la protección de nuestra Casa Común. Que mejor que colocar todos nuestros deseos, iniciativas y proyectos en la mesa de la Eucaristía, que como nos recuerda el papa Francisco, es fuente de luz y de motivación para nuestras preocupaciones por el ambiente».
Para este hermano, a la luz de la Palabra de Dios que fue proclamada, manifiesta que pudo nuevamente contemplar la bondad y la ternura de Dios reflejada en la creación. Por otro lado, esa misma Palabra suscitó en él, el poder escuchar que todo lo creado por Dios es bueno, “y mirar la actual crisis socio ambiental que sufrimos, nos debe llevar a preguntarnos ¿cómo nos estamos relacionando con la creación? ¿qué grado de responsabilidad tengo en la devastación de nuestra casa común?”, dijo.
A su vez fue enfático en referirse a estos tiempos que se viven como interrogantes que no admiten silencios: “Callar es hacernos cómplices. Necesitamos reflexionar las preguntas y desde las respuestas que surjan, ser capaces de ponernos en estado de revolución, es decir, capaces de transformar con gestos y acciones concretas la actual situación que afecta no solo a la humanidad sino a todas las criaturas”.
Patricia Olmedo de la parroquia San Buenaventura de Angol, se conectó desde el sur de Chile y manifestó su alegría por esta eucaristía, “ya que es una forma de demostrar que a pesar que la pandemia nos ha separado, igual nos mantenemos unidos y en oración. Siempre es importante hablar del Tiempo de la Creación, ya que tenemos un sinnúmero de preocupaciones climáticas, numerosos cuestionamientos ecológicos y que la verdad, no los conocemos todos. Podemos darnos cuenta con la sequía que hay en el norte, en las mineras, con lo que ocurre con los paltos, con los monocultivos en la zona central. Lo que está pasando con la plantación de pinos y eucaliptos. Lo que está pasando con las salmoneras y así, un sinnúmero de situaciones que nos afectan y que tenemos que luchar de manera ordenada para poder, en el fondo, acabar con esta lamentable situación y acabar con estos conflictos que a nivel micro, están afectando a nuestras comunidades”, desglosó.
Patricia, además, rescató que “cada uno estuvo participando desde sus comunidades, yo estuve con mi madre participando y con un pañuelo celeste que nos recuerda que la creación parte en el vientre materno”, haciendo un llamado a no sólo cuidar el medio ambiente, sino que también a preocuparnos de todo lo creado por Dios, “y esto también tiene que ver con la vida que está por nacer. Terminar con estos conflictos que afectan precisamente a los más pobres”, reflexionó.