El Ministro provincial, Fr. Isauro Covili, ofm, me ha solicitado elaborar, en este tiempo de pandemia universal Covid-19, un ensayo sobre el ambiente sanitario en la vida de los Hermanos Menores en Chile.
En las circunstancias actuales, es un desafío enorme arriesgarse a una investigación, por la falta de archivos disponibles, bibliotecas donde consultar, ante la prohibición de salir de los hogares, con el lema “Quédate en casa”, con el cual la autoridad pretende concientizar a la población para poder detener el contagio.
A favor de la investigación, si bien resulta paradójico, es la ganancia de esta disposición de obtener un tiempo para buscar la documentación necesaria, en la biblioteca del convento y luego leer y ordenar los datos encontrados.
Para quien lea este artículo, tenga presente que será un pre-ensayo, para ser completado en un futuro, cuando entremos en una “nueva normalidad”, término que, por otra parte, ha sido motivo de intensos debates.
La enfermedad es parte de la vida, se la debe enfrentar en diversas circunstancias y no hay privilegios que puedan librarnos de ella. Se nos presenta individualmente y colectivamente.
En el siglo XIII surge el movimiento franciscano con su inspirador, Francisco de Asís, que tendrá experiencias con la enfermedad y con los enfermos. Buscaremos mostrar someramente las conductas de algunos de sus seguidores durante las pestes mencionadas.
En la historia de la humanidad y en la historia de la medicina se indican muchas pestes y pandemias que han aterrorizado al ser humano y han provocado millones de muertos. Una de las más devastadora es la peste negra del siglo XIV que alcanzó su punto máximo entre 1347 y 1353. Es difícil conocer el número de fallecidos; las estimaciones son que, en Europa murieron 25 millones de personas, aproximadamente un tercio de la población; luego se repitió en varias oleadas hasta 1490, llegando finalmente a matar a unos 200 millones de personas.
Las autoridades, en cada época, han debido enfrentar con diversas medidas, la forma de detener el mal que los invade. Entre las primeras medidas que se emplearon en Europa para evitar el contagio fue el de quemar la ropa de los infectados o prohibir la entrada de cargamentos de tejidos en las ciudades. Incluso en algunas ciudades se permitía la entrada al viajero solo después de haberse despojado de las ropas que se traía puestas, cambiadas por otras más seguras, prestadas por la propia ciudad.
En 1520, los indígenas de Mesoamérica son diezmados por la viruela, que cobró alrededor de 56 millones de vidas.
Durante los siglos siguientes Europa sufre al menos la aparición de diez pestes que amedrentan la población y deja miles de personas fallecidas: el sudor inglés, San Cristóbal de La Laguna Canarias, Milán, Sevilla, Viena, Islandia, Rusia, etc.
En el siglo XIX surgen pandemias de cólera; la primera en 1817-1824 importada de India por tropas británicas y otras cuatro más en 1835,1852, 1856,1881. Entre 1870-1875 aparece la pandemia de la viruela en Europa, y en Chile el año 1888. Finalmente, en 1889-1890 la gripe rusa se extendió por toda Europa; alrededor de 1 millón de personas murió en esta pandemia.
Entre los años 1918 y 1919 se desató la pandemia de la gripe española causada por un brote del virus de la influenza A del subtipo H 1N1 en Kansas, Estados Unidos y fue propagada por los soldados enviados a la guerra en Europa. Se ha considerado la pandemia más devastadora de la historia humana, ya que en un solo año mató entre 20 y 40 millones de personas. Se le denominó española, por ser este país, que no estaba en guerra, en donde apareció la enfermedad. También podemos mencionar la gripe asiática (1957-1958) en la que murieron 2 millones de personas, la gripe de Hong-Kong (1968-1969) con un millón de víctimas, la pandemia del sida (1981) con más de 30 millones de muertos, etc.
Finalmente, en lo que va transcurrido del siglo XXI, se han registrado varias epidemias y pandemias; sólo por mencionar algunas: La gripe aviaria (2005), la pandemia de la gripe A H1N1 (2009-2010) que cobró la vida de entre 150.000 a 575.000 personas en el mundo, el virus del Zika (2014) que azotó toda Latinoamérica y la pandemia que vivimos actualmente a la fecha con miles de muertos.
Lo esencial de nuestra exposición es rescatar la relación de los frailes franciscanos que han vivido en Chile, con las enfermedades y sus consecuencias: sus experiencias, la relación con la ciencia médica, el recinto donde se curan y el apostolado con los enfermos en la vida común y en los periodos de epidemias y pandemias.
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