Juventud Franciscana se reunió en Iquique encuentro nacional

“Desde la Pampa del Tamarugal la Chinita llama a la Jufra a evangelizar”

Cada dos años los jóvenes franciscanos de distintos lugares del país se reúnen para profundizar en la fe y hacer latente el legado de San Francisco de Asís. Con ese objetivo, entre el 13 y el 16 de febrero, cerca de 67 jóvenes, provenientes de Iquique, Santiago, Angol, Parral, Concepción y Valparaíso, se encontraron en el norte de Chile para vivir una experiencia fraterna en compañía de frailes de orden.

“En este encuentro tratamos de profundizar conocimientos de nuestra expresión religiosa desde la piedad popular de nuestro país, especialmente aquí en el norte, en la Tirana, que son expresiones religiosas únicas y muy ejemplares para poder profundizar en la vida de fe del pueblo, y sobre todo la fe desde la cultura, ya que la fe no sólo es algo celestial, sino que también humano”, explicó el hermano Felipe Márquez de la fraternidad de Iquique, quien estuvo a cargo del encuentro.

Según explicó el hermano, en la instancia, los jóvenes que buscan seguir a Jesús al estilo de San Francisco, reflexionaron sobre varios temas de piedad popular desde la localidad de La Tirana, a partir de los testimonios de integrantes de asociaciones de bailes religiosos. “Tuvimos un encuentro y conocimos el movimiento de la piedad popular ahí, también celebramos la misa en el santuario, donde cantamos las canciones propias de la Fiesta de La Tirana junto al coro, lo que fue un momento único para los jóvenes y para todos quienes estuvieron presentes”, comentó.

Pablo González tiene 32 años y es uno de los jóvenes mayores de la Jufra. Es arquitecto y participa hace dos años de la fraternidad de hermanos de Asís de la Parroquia San Francisco de Alameda y viajó hasta Iquique para ser parte del encuentro.

Para él la comunidad cristiana es fundamental para poder vivir la vida católica y el encuentro con Jesús en la comunidad se da al participar en Jufra, desde una perspectiva franciscana que fomenta la fraternidad. Ello se da “por ejemplo, encontrarse con jóvenes de todas partes de Chile que no necesariamente conoces, pero te tratan como un hermano que conocieras de toda la vida. Uno puede encontrarse con amigos y experimentar a Jesús en la fraternidad”, señaló.

A su regreso a Santiago, agregó que se queda con la “vivencia de la fraternidad franciscana y la perfecta alegría de todos los jóvenes. Ver como todos los participantes entregan parte de su tiempo de vacaciones para viajar muchos kilómetros para encontrarse con un otro que comparte cosas en común, como el encuentro con Cristo y Francisco, que está abierto a recibir una cultura nueva y poder absorber nuevas experiencias. También poder encontrarme con Jesús en la fraternidad, en la Adoración al Santísimo y en la cultura andina, aprender de la devoción y piedad popular y poder traer a Santiago esas experiencias para mostrarla a otros. Todo esto como un gran incentivo para seguir conociendo la cultura y la forma de vivir su fe, para así fortalecer mi vida Franciscana”, expresó.