Jóvenes realizaron Taller de Oración Contemplativa para profundizar en su vida espiritual cristiana

La iniciativa, fue desarrollada en la Casa de Jóvenes San Felipe de Jesús de Santiago.

El hermano Luis Cisternas cuenta que frecuentemente ejercita la Oración Contemplativa. La describe como una vertiente de la vida espiritual, que tiene como principal dimensión el silencio y que permite a quienes la practican, profundizar en su vida espiritual.

Por ello, tras la necesidad de algunos jóvenes de conocer y vivir esta espiritualidad, decidió realizar un taller en las dependencias de la casa de acogida, que a través de cuatro sesiones, acercó a ocho jóvenes a vivir la experiencia.

“La Oración Contemplativa es como una respuesta o un modo en que el hombre moderno, tecnificado, lleno de imágenes y palabras, puede encontrar un modo de compensar o descansar. Por la sociedad en que vivimos, el hombre actual necesita un contacto directo con Dios, y eso lo permite y propicia la Oración Contemplativa”, explicó el hermano.

El taller, fue dividido en cuatro espacios, comenzando por una etapa de pre-contemplación, luego con el comprender y sentir que este tipo de oración no solamente implica la realización de ejercicios diarios, sino que es para la vida real; terminando con un proceso de ejercitación “con una mañana de desierto, donde lo fundamental era encontrarse con el Señor”, agregó el hermano Luis.

Los asistentes al taller, fueron jóvenes provenientes de distintas realidades. Algunos de Melipilla, otros del movimiento de renovación carismática y también de la juventud franciscana. “Este taller responde a una búsqueda interna de jóvenes que después de haber vivido una experiencia de vida cristiana o de participación eclesial, sienten la necesidad de profundizar, porque ello no ha bastado”, puntualizó el fraile.

Daniel Núñez tiene 20 años y vive en Melipilla. Se enteró por redes sociales sobre el taller y sintió que era propicio para lo que él necesitaba: la paz interior. “Sabía que me faltaba algo y tenía encendida esa chispa dentro de mí, por eso decidí asistir. Fue justo lo que estaba buscando, un reencuentro conmigo, Dios y con los demás, y que me permitió terminar bien mi año académico”, comentó.

Al continuar, agregó que tras la metodología aprendida, continúa realizando los ejercicios de oración. “Esto no es solo de un momento, es una experiencia para la vida”, enfatizó.