Actividades Franciscanas por el medio ambiente en Chile

La XXV Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima 2019 (COP25) se había previsto en el Brasil. Desafortunadamente ellos declinaron y posteriormente Chile aceptó realizar el evento. Sin embargo, debido a la problemática interna del país se tuvo que abandonar el plan. Fue finalmente España quien asumió la responsabilidad de acoger la Conferencia.

Varios meses antes de que la ONU cambiara la sede de la COP25, la Oficina general de JPIC ya estaba trabajado en la organización de una serie de eventos en colaboración con el animador local de JPIC, Fr. Máximo Cavieres, OFM y la Alianza interreligiosa y espiritual para el clima (AIEC) en Santiago de Chile.

Las actividades tuvieron como objetivo la formación y la concientización sobre la crisis climática, tanto para los franciscanos locales como de otras partes, tomando acciones solidarias por la justicia climática con una proyección para la acción futura, celebrando del espíritu de Laudato si. La oficina de JPIC, aun cuando el presidente de Chile renunció a ser anfitrión de la Conferencia, decidió no cambiar el plan para ir a Santiago y seguir trabajando juntamente con la AIEC y otras organizaciones participantes, una de ellas es la Sociedad Civil por la Acción Climática (SCAC). La decisión de continuar con dicho evento se debió a que uno de los propósitos de nuestra participación es el entrar en contacto directo y escuchar las voces de las personas, con las cuales se necesita buscar posibles soluciones a nivel local.

Los frailes participaron activamente en el encuentro de oración, así como en la marcha climática, ambos eventos fueron coordinados por los miembros de la AIEC. También se organizó una serie de conferencias, la cuales hablaban sobre la crisis climática, el 9 de diciembre. A ésta fueron invitados seis panelistas de diferentes organizaciones, entre ellas la Pastoral Mapuche de Santiago, Caritas Chile, Mujeres Iglesia Chile y Comunidad Semilla de Vida, entre otras. Al inicio de las ponencias se expusieron las pruebas científicas sobre la crisis climática y las negociaciones sobre el cambio climático, posteriormente se continuó con la visión de los pueblos indígenas, de los franciscanos y el trabajo de las comunidades de base de la Iglesia. El evento finalizó con una mesa redonda abierta al público participante. Por último, los delegados franciscanos visitaron el sitio de Las Ventanas, reconocido como una “zona de sacrificio”, la cual fue severamente afectada durante varias décadas por una central termoeléctrica a carbón.

Hubo una demanda masiva de justicia social/ambiental e igualdad entre el pueblo chileno. Sin embargo, la respuesta violenta del gobierno y su estructura injusta que lo sustenta no parecía mostrar empatía con la lucha cotidiana del pueblo. El resultado de la Cop25 fue decepcionante y se quedo lejos de aquello que se necesita para revertir la crisis climática y establecer una justicia climática. Los delegados internacionales no llegaron a un acuerdo de fondo para apoyar a la gente dañada y para la reducción de las emisiones de CO2.

En la actualidad los movimientos sociales, tanto en Chile como en todo el mundo, nos enseñan que la voz divina es un clamor que proviene de los sufrimientos del afligido y del marginado, no de los ricos y poderosos. También es la muestra que el Dios de la justicia siempre está del lado de las víctimas y de los oprimidos. La participación en el movimiento de Santiago nos enseñó, a nosotros los franciscanos, que se nos concede tal misión de leer los signos de los tiempos y seguir la voz del Señor que está en los gritos del pueblo.

Fuente: http://www.ofmjpic.org/