«El fruto de la justicia será la paz,
el fruto de la equidad, una seguridad perpetua.» (Is. 32,17)
En las últimas semanas hemos sido testigos de una serie de acontecimientos político-sociales, que se han desarrollado en Latinoamérica, particularmente en Ecuador, Chile y Bolivia, y no menos importante el Líbano, entre otros países del medio Oriente, que igualmente atraviesan momentos de dificultad. Tales hechos dan cuenta del descontento de gran parte de la población con el sistema político o con el sistema económico (Cf. Evangelii Gaudium n.60) – o ambos – en los respectivos países. Pero sobre todo el descontento y la frustración se acrecienta con la desigualdad, la iniquidad y la corrupción: el “cáncer social” le ha llamado el Papa Francisco.
La gente – sin miedos – ha salido a la calle a manifestar públicamente su descontento y a reclamar dignidad. En algunas ocasiones se han desatado hechos de violencia entre manifestantes y las fuerzas de seguridad. Hemos sido testigo de saqueos y destrucción de tiendas comerciales, organismos públicos y religiosos, pero lo que más nos duele y preocupa es la violencia ejercida en contra de tantos hombres y mujeres, violencia que ha llevado a la pérdida de la propia vida. Nos preocupa que se normalicen la violencia y la represión como medios para resolver el conflicto “La alegría de vivir frecuentemente se apaga, la falta de respeto y la violencia crecen, la inequidad es cada vez más patente. Hay que luchar para vivir y, a menudo, para vivir con poca dignidad” (Cf. EG n.52)
Invitamos a todos los actores involucrados, especialmente a los gobiernos que han sido elegidos democráticamente a estar a la altura de las circunstancias, propiciando el dialogo y el encuentro. Animamos a nuestros hermanos franciscanos y a la Familia Franciscana a orar y a involucrase activamente junto al pueblo en las justas demandas, abriendo nuestras parroquias, conventos, escuelas y santuarios a la oración compartida, al dialogo creativo, a la búsqueda sincera y sin prejuicios de la paz; recordemos que “la Iglesia «en salida» es una Iglesia con las puertas abiertas” (Cf. EG. 46)
Nuestra espiritualidad franciscana nos invita constantemente a ser puentes, propulsores y gestores del dialogo; constructores de humanidad. Hemos tenido noticias de cómo los hermanos de Chile y Bolivia se han involucrado en los procesos sociales de las últimas semanas, los animamos a continuar acompañando y sosteniendo a los más débiles de la sociedad. Como Definitorio general estamos con ustedes y con todas las personas de buena voluntad que buscan una sociedad mas justa y fraterna.
En Roma el 11de noviembre 2019.
Fr. Julio César Bunader, OFM
Vicario general