
Queridos hermanos y hermanas, ¡El Señor les dé su paz!
San Francisco después de convertirse al Evangelio tenía como único deseo el de vivir el Evangelio y dar testimonio de él en el mundo. En los capítulos del XIV al XVII de la Regla no bulada podemos constatar las citas que hace él del Evangelio, en donde Jesús envía a sus discípulos (cfr. Mt 10,1-42; Lc 9,1-6; 10,1-20; Mc 6,7-13). Para Francisco, el vivir, el dar testimonio y predicar el Evangelio deberían ser siempre en minoridad, pobreza, humildad y en sumisión a la Iglesia, sin tener nada para sí mismo, para restituirle todo al Señor (cfr. VAIANI. C. Storia e Teologia dell’Esperienza Spirituale di Francesco d’Assisi, p.131). Además, cuando llegaron los hermanos que Dios mismo le dio (cfr. Test 14), Francisco comenzó una vida de fraternidad que hasta hoy es la máxima expresión del carisma franciscano.
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