
El reconocido artista francés, Dominique Proust, ofreció un concierto de órgano en la Iglesia San Francisco de Alameda.
“Es un agrado servir a la comunidad a través de la música” decía Dominique antes de interpretar “Tiento sobre la Letanía de la Virgen” del compositor Pablo Bruna, en el restaurado órgano del templo de San Francisco, que data de 1914.
El doctor Proust, como lo llaman, es investigador científico y astrofísico en el Observatorio de París. Reconocido a nivel mundial en esta rama, en 2015 recibió la Medalla de Oro CNRS, la más alta distinción científica francesa.
Pero la ciencia no es lo único que lo mueve. Su trayectoria musical es amplia y destacada. Se ha presentado varias veces en Chile, en la Iglesia Saint Paul de Valparaíso, en la catedral de La Serena, pero nunca antes en la iglesia más antigua del país.
“Es muy hermoso tocar en este lugar porque es una iglesia muy hermosa, que tiene 400 años de historia. Me inspira servir a la comunidad con la música, poder permitir que la gente descubra a reconocidos compositores mundiales, tener la posibilidad de mostrarles el arte e inspirarlos”, señala Proust.
El órgano de tubos de transmisiones neumáticas del templo de calle Alameda, fue construido por Oreste Carlini en 1914, siendo uno de los instrumentos más grandes creado en los talleres del organero italiano y destacando en tamaño aún hasta la fecha.
En sus más de cien años, ha tenido dos intervenciones principales: una en 1927 y la segunda en 1978, con un trabajo que culminó recién en 1985.
Según cuenta Marnix Doorn, organista de la iglesia de San Francisco, quien acompañó a Dr. Proust en el concierto, “este es uno delos pocos instrumentos del país de tantos años que hoy está en está como debería, en muy buenas condiciones. Este instrumento tiene más de 2.300 tubos, y pese a que hoy funciona con la mitad, su volumen es muy alto”.
Usualmente, la iglesia San Francisco abre sus puertas a la música, con una serie de conciertos que se realizan a lo largo del año. “Siempre he sido organista de la Iglesia y creo que la música es bastante importante para su espiritualidad. A través de estas actividades podemos inspirar a la gente y en cierto modo educarla para escuchar música”, agregó Doorm.
Iniciativa impulsada por la Orden Franciscana que acerca la cultura a la gente, en un templo de gran riqueza pastoral y patrimonial, en el que este 2019 se vive, además, un Año Jubilar.