Nuevo diácono en tránsito para la familia franciscana de Iquique

Se trata del hermano Luis Cisternas, quién realizó su ordenación diaconal, en la parroquia San Antonio de Padua de la región, emprendiendo así su camino al sacerdocio.

Cuenta que sus primeros pasos de fe, de conocimiento de Jesús y experiencia comunitaria, comenzó en los bailes religiosos, junto a su familia, cuando sólo era un niño.  Con el transcurso de los años hizo su Primera Comunión, y más tarde empezó a participar de una capilla franciscana en La Serena. Fue ahí donde se sumó a actividades de servicio comunitario, a través de colonias de verano, del servicio del altar como acólito, donde comenzó a sentir el llamado a la vida religiosa.

“Cuando se comienza a gestar este llamado, uno empieza a buscar dónde y me comencé a acercar a los frailes franciscanos. Conocí a san Francisco que me fascinó, me interpeló de inmediato, me cautivó por su sencillez, por su vida entregada y, por sobre todo lo que me instó a dar el paso para esta vida, fue el testimonio de los hermanos, quienes desde el principio fueron muy acogedores y coherentes”, relata el hermano Luis Cisternas.

Así, tras decidir ingresar a la Orden Franciscana menor, el pasado 17 de mayo, el hermano Luis fue consagrado como diácono en tránsito por el obispo de Iquique, monseñor Héctor Vera, en compañía de su familia, de fieles y religiosos franciscanos, que viajaron desde distintas fraternidades de Chile para acompañarlo, y vivir esta gran alegría en fraternidad.

Para el provincial de la orden, hermano Isauro Covili, esta nueva ordenación “es una experiencia muy bonita, de alegría y de gozo por la vida del hermano, de la Iglesia  y de la comunidad cristiana local. Esta buena noticia nos hace ver que en medio de la crisis que vive la Iglesia, hay jóvenes que piensan en el sacerdocio como proyecto de su vida, piensan en la vida consagrada y en la vida franciscana.  En este caso, la ordenación del hermano Luis es un signo hermoso para la Iglesia del norte y para todos”, comentó el superior de la orden.

El nuevo diácono en tránsito, señaló que vive su ordenación “con mucha esperanza, no exento de temores por todo lo que estamos viviendo como Iglesia, pero muy confiado en el Señor de que este es un tiempo de posibilidades para volver a lo fundamental y a lo central. Acojo este ministerio sobre todo desde mi debilidad, es un tiempo para servir, para ponerse en medio de la sociedad en medio de la Iglesia y me siento llamado a aportar desde mi servicio, fundamentado en un Dios que se ha hecho servidor con mi vida”.

El hermano Luis es parte de la comunidad de la Casa de Acogida San Felipe de Jesús, donde trabaja con jóvenes de la región. Para la ocasión, uno de sus hermanos, el fraile Manuel Carrasco, le dedicó unas palabras, describiéndolo como “un hermano que pastoralmente se ha dedicado al fortalecimiento espiritual de los jóvenes y con su carisma ha trabajado arduamente con ellos en diferentes actividades, especialmente en la misiones. Dios lo ha bendecido con su servicio y lo bendecirá en cada paso que siga dando como hermano menor. El es joven y tendrá bastante fuerza para lograr todos sus ideales dentro de nuestra orden y la Iglesia”, señaló.

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