Hermanos franciscanos celebraron sus 25 años de vida religiosa

En la Iglesia San José Obrero de La Serena y junto a cientos de fieles, los hermanos Mauricio Javier  Herrera y Luis Mauricio Aravena recordaron su profesión de votos.

Acompañados de sus familiares, amigos, feligreses y hermanos franciscanos de distintos lugares de Chile que viajaron para la celebración, los frailes escucharon atentamente el mensaje del hermano Isauro Covili, provincial de la orden, quien los invitó a renovar sus promesas: “Celebrar los 25 años es encontrarse nuevamente con el sí de Dios”, expresó.

El provincial, agregó que “celebrar estas bodas de plata es también hacer opción por la fidelidad hacer opción por la fidelidad, por permanecer, y no desde cualquier manera, sino que desde las notas franciscanas que deben conocer. Es apostar por un tiempo de nuevas posibilidades, orientadas por el Evangelio, por la fraternidad, orientadas por el anuncio misionero que estamos llamados a vivir, compartir y comunicar”.

Al finalizar su homilía, el Ministro provincial invitó a Mauricio Javier y Luis Mauricio a celebrar este aniversario con alegría: “El sentimiento que brota en todos aquellos que en el evangelio relatan el encuentro con el Resucitado es la alegría, el gozo, y es la palabra que él comunica a los apóstoles. La experiencia de alegrarse por este Dios que se baja, que coloca su tienda al medio nuestro y que a la vez nos regala su vida nueva”, señaló.

Hermano Mauricio Javier es oriundo de La Serena y hoy desempeña su servicio en la misma ciudad. Emocionado por el camino franciscano recorrido, agradeció a quien lo acompañaron, y por sobre todo a Dios, por haberlo mirado. “Tengo un corazón agradecido de Dios por haberme extendido esta invitación a seguirlo. En estos 25 años de vida religiosa franciscana, he aprendido a ver y descubrir el don de la fraternidad. Yo lo he experimentado como un misterio, donde hombres de distintos lugares, condiciones, tenemos algo en común que es este llamado. Siento que yo no camino solo en esto, siento lo espiritual, que podemos hacer juntos sintonía de las experiencias vividas, donde la fraternidad ha sido el lugar del refugio, acompañamiento y crecimiento”, comentó el hermano sacerdote.

Por su parte, el hermano Luis Mauricio, describió su vida franciscana como un “camino de aprendizaje, servicio, desafíos, fraternidad y misión, mezclado con alegría, esperanza y momentos tristes. Vivo estos 25 años de vida religiosa con un corazón agradecido, de Dios que sembró en mí la vocación de Hermano Menor; de mi familia, dónde empezó a germinar esta vocación; a la Orden de Hermanos  Menores en cuya familia se ha desplegado este llamado. Y a todas las personas que la gracia de Dios me ha permitido conocer y los lugares donde he servido”, expresó el hermano.