Durante este Viernes Santo, la comunidad parroquial de San José Obrero ha realizado el Vía Crucis en recuerdo de la pasión del Señor.
El hno. Francisco Lastra, reflexionó sobre la muerte del Señor a consecuencia del pecado, que nos aleja de Dios y trae como consecuencia la muerte eterna. Sin embargo, Jesucristo asume el pecado y carga con él, dando su vida en el árbol de la Cruz, que se convierte en árbol de vida, reconciliándonos con el Señor y dándonos la vida eterna.
Nuestro hermano, enfatizó en la vocación de Cristo, él da libremente su vida, por amor, a pesar, del miedo y del dolor. Además, nos invitó en poner nuestra mirada en la Santísima Virgen María, cuyo corazón fue traspasado por una espada de dolor. Ellos, aunque no cometieron pecado, sufren por el pecado del mundo. Nosotros, pecadores, debemos luchar para alejarnos del pecado y convertirnos a Dios, pues hemos sido rescatado no con oro ni plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin mancha ni defecto.