En este segundo domingo de adviento nos reunimos como familia religiosa para agradecer a Dios por el don de la vida y de la vocación. Hoy nuestro hermano Luis Acuña Tondreau celebrará sus 50 años de vida sacerdotal al servicio de Dios, de la Iglesia y de la comunidad cristiana.
Nuestro hermano Luis es hijo de Juan y de Blanca, nació en Topocalma diócesis de Melipilla el 22 de octubre de 1936, ingreso al noviciado de la Orden de Hermanos Menores en 1960, emitiendo su profesión temporal en 1961 y la solemne en 1964. Fue ordenado sacerdote en Perú el 23 de diciembre de 1967.
El Hno. Luis a lo largo de su vida consagrada y sacerdotal ha servido a la Orden de un sinfín de maneras, entre ellas, ha sido guardián, párroco de diversas comunidades y formador de varias generaciones de hermanos que hoy compartimos con mucha alegría su alegría de la vocación de hermano sacerdote en nuestra fraternidad. En una eucaristía que fue presidida por el y concelebrada por los hermanos franciscanos de diferentes presencias del país, nuestro hermano agradeció a Dios la vocación dada y el servicio ministerial.
Junto con ello, contó con la visita de Fr. Guido Zegarra,ofm., Ministro provincial de los XII apóstoles del Perú y de Mons. Jorge Concha Cayuqueo,ofm., Obispo auxiliar de Santiago y vicario para la vida consagrada. A la Recoleta Franciscana asistieron de las diversas localidades donde nuestro hermano ha vivido su dimensión sacerdotal.
Les damos a conocer las palabras de agradecimiento de nuestro Hno. Luis Acuña que leyó al finalizar la eucaristía:
«Queridos hermanos:
Doy gracias a Dios que me llamo a ser franciscanos y al servicio sacerdotal. Darle gracias a mis padres, hermanos y familiares.
Agradecer a mi Provincia franciscana de Chile que me ayudo a crecer en lo humano, cristiano y franciscano y agradecer a la Provincia franciscana de los XII Apóstoles del Perú donde realice mi formación teológica y luego ordenarme sacerdote; cuyo actual Provincial esta aquí presente: el padre Guido Zegarra, con quien fuimos compañeros de estudios y de ordenación sacerdotal.
Doy gracias a tantas comunidades que hicieron camino conmigo en el servicio sacerdotal, como fueron La Granja, Recoleta Franciscana, Valparaíso, Montevideo – Uruguay, Talca, San Francisco de la Alameda, Quillota, Limache, El Totoral, Iquique y Rapel de Navidad.
Muchas gracias a todos, que Dios los bendiga.»