Fr. Gerardo Flores: Un rotario al servicio de la humanidad

Gerardo Rodrigo Flores Benavente, un franciscano, bombero, rotario entre muchas otras actividades, nació un día 27 de septiembre, hijo del matrimonio constituido por Candelaria Benavente Bizama y Héctor Manuel Flores Nova, quienes tuvieron seis hijos, cinco hombres y una mujer, siendo Gerardo el penúltimo de ellos. Sus primeros estudios básicos los cursó en la Escuela N° 28, ubicada entre las calles Chiloé con Ñuble, Santiago Centro, luego su familia se trasladó a vivir a la Población San Gregorio, donde continuó y finalizó éstos en la Escuela N° 60. La enseñanza media la desarrolló en el Liceo Técnico Galvarino N°1 de la comuna de La Cisterna, donde estudió la especialidad de electromecánica, señalando haber sido un alumno del montón, no se destacó por sus notas.

Luego de haber finalizado sus estudios medios, quiso seguir cursos superiores; pero fue llamado para cumplir con el servicio militar, ocasión en la cual sintió la gran necesidad de ayudar y estar con el más necesitado, para lo cual el capellán del servicio fue un pilar fundamental; pero con una gran duda, debido que sus deseos eran ser abogado, deseos que estaban acentuados y fuertes en su corazón. Luego de leer muchos libros de fundadores y de haberse efectuado un análisis muy profundo, decide ingresar a la vida franciscana, debido que eso era lo que deseaba, ayudar al más necesitado, al débil que muchas veces golpea nuestras puertas y no le escuchamos e ignoramos.

Ingresado a la vida franciscana cursó y finalizó sus estudios de franciscanismo, pastoral, gastronómicos y podológicos. Fue en el año 2002 cuando realizó sus votos solemnes en la Orden de Frailes Menores. Señala que en esa orden porque es una vida completa y entregada al servicio de los demás, de los desposeídos en todo aspecto, además tiene un abanico de pastorales, en el cual no se puede dejar de animar a las personas. En estos momentos vive en la casa de los hermanos enfermos, en donde se encuentra, junto a otros frailes, encargado de entregarle una buena estadía a cada uno de los hermanos que residen en ella, ayudándoles en lo que se pueda, haciéndolos sentirse feliz, acompañarlos y asistirlos en sus diferentes enfermedades.

Quiso ingresar a bombero porque tenía esa necesidad espiritual, lo invitaron, claro, como capellán y ese interés fue creciendo cada vez más, ya que posteriormente fue invitado a participar del (ERU- USAR) Equipo de Rescate Urbano, donde estudió y aprobó todos los cursos que la Academia de Bomberos exige para ser un voluntario operativo y rescatista. Ha cumplido la función y misión de un rescatista en Chañaral e Illapel, en la búsqueda de personas luego de los desastres de la naturaleza, los cuales azotan a nuestro país con tanta frecuencia.

Ingresó al mundo rotario como socio del recién creado club “Ochagavía Oriente” del Distrito 4340, al cual fue invitado y al saber y entender lo que significa ser un rotario, lo ha motivado por la ayuda y entrega que se hace a la comunidad, además que la extraordinaria calidad de los socios que integran el club, le ha servido para poder seguir trabajando para y por los demás.

Lo que le gusta es ayudar y servir cada vez más, para así no ver nunca más personas sufrir.

Señala que le gustaría que lo recordaran: “QUE SIEMPRE ESTUVO PARA SERVIR”.

Hablar con Gerardo es un agrado muy grande, además de entregar paz, irradia una alegría indescriptible, siempre sonriente, con sus bromas muy acertadas, preocupado hasta de los mínimos detalles cuando se trata de ayudar, con una sencillez que sólo él es capaz de iluminar, feliz de la vida. El conocerlo y trabajar juntos en bomberos y Rotary, es una real fuente de inspiración.

Fuente: elrotariodechile.org