Queridos hermanos,
¡El Señor les dé la paz!
Al celebrar la fiesta de nuestro santo fundador, padre y hermano Francisco, nos sentimos nuevamente fascinados por su persona, su acción y su mensaje. San Francisco, con su radicalidad evangélica y su autenticidad humana, con su simpatía y cortesía fraternal con todas las demás realidades que lo rodeaban, fue promotor e inspirador de humanidad, de un vínculo profundo de amor y respeto con la Iglesia, la sociedad y la creación entera.
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