
En el marco de la conmemoración de los 172 años de su Pascua, se celebró esta tarde de 14 de enero, una segunda misa solemne en el Templo Recoleta Franciscana, lugar donde descansan los restos del Venerable franciscano. La eucaristía fue presidida por el obispo de Iquique, hermano Isauro Covili, ofm y concelebrada por el hermano Miguel Ángel Correa, ofm, Guardián del Templo de la Alameda y por el hermano Luis Mauricio Aravena, ofm, del Templo Recoleta Franciscana.
Por Enrique Astudillo Baeza, periodista
Cientos de fieles acudieron al histórico templo ubicado en la zona norte de la capital, fieles a la tradición mensual de orar por la pronta beatificación del Venerable, conocido por su incansable dedicación a los más necesitados. El hermano Isauro Covili, ofm, en su homilía, precisó sobre la santidad de aquellos que Dios escoge. “Su presencia siempre es actual. Nunca es antigua, debido a que ha sido traspasados por Jesús y el Evangelio. Los años pasan, incluso los siglos pasan, pero la presencia no pierde la vitalidad y la fuerza de quienes han sido contagiados por Jesús”.
Un legado que trasciende el tiempo
La misa tuvo un tono especialmente emotivo al recordar los 172 años desde la partida de Fray Andresito, quien falleció en 1853. Su vida, marcada por la humildad y la entrega al servicio de los pobres, continúa siendo una fuente de inspiración para la comunidad católica en Chile y más allá.
“Lo que Dios dice, se realiza. Lo que Dios habla, se realiza. Este Año Jubilar nos reubica como peregrinos de esperanza, porque nuestro peregrinaje está traspasado por Dios, que aparece en nuestro camino y quiere y puede transformar nuestra vida”, actualizó el obispo de Iquique.
Un lugar de fe y esperanza
El Templo Recoleta Franciscana, hogar de los restos de Fray Andresito, sigue siendo un lugar de encuentro espiritual donde la comunidad se congrega mensualmente para rendir homenaje a este modelo de caridad cristiana. “Fray Andresito se dejó traspasar y transformar por Dios. Fray Andresito se dejó amar para que Dios nos libere de tantas situaciones que no siempre son buenas”, concluyó el hermano Isauro Covili, ofm.
Tras la bendición final, los asistentes se dirigieron hasta la tumba donde reposan los restos del Venerable franciscano. Allí, en un momento de recogimiento, se elevó la tradicional oración por su pronta beatificación, junto con las intenciones personales que cada fiel trajo consigo.