¿Hacia dónde camina la Vida Consagrada en América Latina? Esta pregunta fue el corazón del V Congreso de Vida Consagrada, realizado del 22 al 24 de noviembre en Córdoba, Argentina. Bajo el lema «Centinelas de la Esperanza», cerca de 400 religiosos y religiosas de América Latina y el Caribe reflexionaron sobre los desafíos y sueños de la Vida Consagrada en un mundo marcado por la incertidumbre.
Por Enrique Astudillo Baeza, periodista
El congreso, en preparación para el Jubileo 2025 en Roma, destacó por la notable participación de jóvenes en etapa de formación y por una representación mayoritaria de mujeres consagradas. La Provincia Franciscana de la Santísima Trinidad de Chile estuvo representada por cinco hermanos Franciscanos: el Ministro Provincial, hermano Carlos Paz, ofm; el hermano Andrés Azocar, ofm; el hermano Francisco Dávalos, ofm; el hermano Pablo Vásquez, ofm; y el hermano Rafael Meza Lopeandia, ofm, quienes enriquecieron mesas de trabajo diversas en cultura, formación y realidades sociales. Además, se vivieron momentos de fraternidad con eucaristías y una celebración gastronómica argentina que llenó de alegría y sabor un espacio de profunda reflexión.
Los paneles abordaron temas actuales como la migración, la ecología integral, la trata de personas, la sinodalidad, la realidad social de América Latina yel papel de la Iglesia ante la pobreza, la violencia y la polarización política.
Jesús en el centro
Desde una perspectiva teológica, el congreso puso a Jesucristo en el centro de la reflexión, iluminando el camino hacia el futuro de la Vida Consagrada con esperanza y compromiso. Los participantes exploraron la dignidad humana, el acompañamiento del Espíritu Santo en tiempos de crisis y el rol profético del Papa Francisco en la defensa de los pobres, las mujeres, los migrantes y las minorías.
El hermano Rafael Meza Lopeandia, ofm, fue uno de los participantes de la Orden que estuvo en Argentina. En esa línea, señaló que “fue un congreso muy desafiado, sobre todo por las realidades que se nos presentaba y cómo se nos desafía a hacer una Iglesia fundamentalmente sinodal, en el sentido de que debemos hacer todo con el obispo, con el presbítero, y con el consenso del Pueblo de Dios”, esbozando que es algo que viene desde la tradición de los padres de la Iglesia. “El desafío que me queda ahí, primero de cómo vivir en la fraternidad sinodalmente, y luego, cómo eso se tiene que ir extendiendo a la pastoral, a la parroquia, el barrio, donde estemos insertos viviendo. Siempre es una alegría también de compartir con la Vida Consagrada, y también el agradecimiento de volver a reencontrarse con estas tierras cordobesas que tanto bien me hicieron”, valoró.
Al concluir cada jornada, las reflexiones se compartieron en dinámicas comunitarias, reforzando el objetivo principal: discernir los caminos de la Vida Consagrada frente a los desafíos actuales y reafirmar su compromiso como centinelas de esperanza.
El V Congreso deja como legado un llamado a renovar el espíritu misionero y a responder con valentía a las problemáticas sociales y eclesiales, siempre desde el seguimiento de Jesucristo. La Vida Consagrada en América Latina se proyecta hacia el Jubileo 2025 con un renovado compromiso de fe, justicia y solidaridad.
Mismo pensar hacia el futuro
El hermano Pablo Rojas, ofm, otro de los participantes, reflexionó que “siempre es bueno encontrarse con otros hermanos y hermanas de la Vida Consagrada, para darse cuenta también que las problemáticas que se tienen en Chile, también se viven en otras partes del continente, pero que también, hay mucha esperanza. El vuelco que está tomando la Iglesia hoy por hoy, y animada por el Papa Francisco, y que es una de las cosas que el hermano Carlos Paz muchas veces recuerda, es que este es el camino que hay que tomar, es decir, el camino a la sinodalidad. Es bueno reconocer la fragilidad que se está viviendo, porque eso nos hace también pensar en una Vida Consagrada más humanizada”, resaltó.
Al cerrar el evento, los organizadores destacaron que el lema «Centinelas de la Esperanza» no solo inspiró el congreso, sino que marcó el inicio de un camino de transformación. En un mundo marcado por las divisiones, la Vida Consagrada se reafirma como un signo profético de unidad y amor al servicio de los más vulnerables.
Cronograma de actividades
El viernes 22 de noviembre, Guillermo Campuzano, cm, expuso sobre «Interpelaciones desde las realidades sociales del continente» desde una perspectiva sociológica. A continuación, fue el turno del panel «Esperanzas en contexto», en el que Sandra Ortiz, osr y Elsa Cristina Cuello, abordaron el tema de la Trata de Mujeres. María Eugenia Vázquez, mscs, abordó la Migración y Darío Bossi, mccj, la Ecología Integral. También desde una perspectiva psicológica, Fernando Falcó, msps, habló sobre «Reacciones humanas ante las desesperanzas y las crisis».
Con una perspectiva cristológica-profética, el sábado 23, Michael Moore, ofm, dio una charla titulada «Iluminación teológica desde el Crucificado-Resucitado». Ese mismo día, Luis Alberto Gonzalo Díez, cmf, expuso sobre «Iluminación teológica desde el Espíritu que acompaña y sostiene», desde una perspectiva pneumatológica- mística.
También tuvo lugar el panel «Contemplativas/os en la acción». Allí, Silvia Becerra, ocd, abordó las Experiencias contemplativas; Jorgelina Duarte, la Espiritualidad de los pueblos originarios y Mariana Zossi, hdsnj, en tanto, la Experiencia de Mamá Antula.
El domingo 24, último día; el padre Carlos Schickendantz dio una charla sobre «Iluminación teológica desde las esperanzas y desesperanzas en la Iglesia», con una perspectiva eclesiológica-misional. El panel trató sobre Esperanzas y desesperanzas postsinodales. Participaron Liliana Franco, odn; Daniela Cannavina, hcmr, María Cristina dos Anjos y Rafael Luciani.