El domingo 8 de septiembre, la parroquia San Buenaventura de Angol, celebró con gran éxito su tradicional Mateada Comunitaria, una actividad que lleva años siendo parte del tejido social de la zona. El evento, cuya finalidad fue recaudar fondos para el Consejo Económico Parroquial, reunió a un gran número de vecinos, familias y artistas locales en un ambiente de encuentro y fraternidad.
Por Enrique Astudillo Baeza, periodista
El hermano Mario Márquez, ofm, párroco de San Buenaventura, detalló que las mateadas ya son parte del diario vivir de la zona. “Comienzan en julio y terminan en septiembre y es un gran momento de encuentro momento, de recreación, de celebración. Hay rifas, bailes animaciones”.
Este año, la participación fue tan masiva que algunos artistas no alcanzaron a presentarse debido a la gran cantidad de inscripciones. La jornada estuvo marcada por la música, las presentaciones culturales y, por supuesto, el infaltable mate compartido entre los asistentes.
El párroco, agradeció la presencia de todos los que asistieron y, en especial, a quienes colaboraron en la organización del evento. “Son mateadas muy concurridas y con esa finalidad este año. Es decir, compartir, por una parte, y por otra, reunir fondos reunir. Gracias a Dios se lograron ambos objetivos. Este año tuvimos gracias a Dios, bastante gente, con buenos artistas, cantores, cantantes, conjuntos”, señaló.
A lo anterior, el hermano Mario, agregó. “La parroquia en general se mueve con esos dineros y recursos para pagar a la secretaria, el sacristán, útiles de aseo, mantención, reparaciones y arreglos en general. Cada parroquia genera sus recursos para pagar sus propios gastos, pero también es una buena iniciativa, porque si fuéramos ricos, no estaríamos tan cerca de Dios”.
Destacó además el rol fundamental de los jóvenes y adultos que trabajaron incansablemente para que la mateada fuera un éxito. “Desde nuestra pobreza y del gran trabajo, se van generando lazos, manos solidarias para ir trabajando. Hay un gran trabajo previo de grupo, de donaciones, de los jóvenes arreglando las mesas, poniendo música, buscando artistas. Todos colaboran y vienen por amor a San Francisco y a la Iglesia. Dan su tiempo, traen sus instrumentos, cantan”, enumeró.
La actividad dejó en evidencia el compromiso y la gran cooperación de la comunidad con su parroquia, reforzando los lazos entre sus miembros y consolidando una tradición que promete seguir viva por muchos años más.
“La gente responde, quiere a su Iglesia a pesar de nuestros pecados, sigue trabajando para ella. Por eso hay motivarla, estar cerca, apoyando indudablemente como una labor pastoral que hay que hacer todos los días”, concluyó muy agradecido y satisfecho el hermano Mario Márquez, ofm, párroco de San Buenaventura de Angol.