La acción de gracias se desarrolló el domingo 28 de julio y fue presidida por el Obispo de Copiapó, monseñor Ricardo Morales, odm y concelebrada por el Obispo de Iquique, monseñor Isauro Covili, ofm y el Ministro Provincial, Carlos Paz, ofm, diversos Guardianes de las provincias de la Orden.
Por Enrique Astudillo Baeza, periodista
En un esfuerzo por preservar su patrimonio y revitalizar sus espacios sagrados, el Templo San Francisco de la Alameda realizó un ambicioso proyecto de remodelación de sus altares e imágenes devocionales. La iniciativa buscó combinar la conservación de elementos históricos con la dignidad que merecen sus espacios. Proyecto que tras varios meses de trabajo llegó a su fin con una solemne misa de acción de gracias.
Restaurar la grandeza original de sus altares laterales, fue el eje que movilizó al templo a desarrollar la iniciativa, reflejando la evolución de la fe y la comunidad. Acciones que monseñor Ricardo Morales, odm, reflejó en su homilía. “Son muchas las cosas que nos mueven y que nos movilizan. Sin embargo, en lo profundo del corazón humano, siempre hay una necesidad fundamental y tiene que ver con el sentido de la vida, con el sentido de la existencia y es Jesucristo. Es Él quien da vida a nuestra existencia y le da sentido. Podemos tener muchas necesidades, tener muchas cosas que nos movilizan, pero Jesús es quien nos habla de la entrega, de la donación, del amor, y esa entrega de Jesús hace que nosotros le demos sentido a todo, sin exigencias ni nada a cambio”.
A la luz de las Palabras proclamadas, el Obispo de Copiapó, continuó. “Cuánto necesitamos hoy que el Señor multiplique ese pan en nosotros, ese pan que se entrega, que nos enseña a que, si lo hemos recibido gratuitamente, debemos darlo gratuitamente. Construyamos juntos en Cristo fraternidad, para poder sentirnos hermanos, para poder sentarnos en la mesa todos, sin distinción. Siempre hay un lugar para todos. Sólo nos pide que hagamos el bien”, exhortó.
Finalmente, invitó a descubrir el sentido profundo de la vida. “Lo único que le da sentido a la existencia humana es el don del amor. Ninguno de nosotros puede gloriarse ante Dios. El don Dios en la persona de Jesús, se entrega a nosotros sin nosotros merecerlo. Se entrega generosamente. Todos somos invitados a sentarnos junto a Él. Cristo nos ha dicho que no hace excepción de personas. En su mesa no se pierde nada ni nadie”, alabó monseñor Ricardo Morales, odm.
Todos son parte del amor de Dios
Tras la homilía, vino el rito de bendición de los altares de manos del Obispo Morales. “Altares que son signos de la fraternidad de Dios en medio del pueblo. Así, con agua bendita e incienso, fueron bendecidos cada uno de los altares que rodean el templo San Francisco de Asís de la Alameda”, se escuchó. Posteriormente, un grupo de familias que ha participado en la peregrinación de la imagen de la Sagrada Familia, dejaron en cada uno de los altares bendecidos flores como signo de gratitud y esperanza para el futuro del templo.
Futuro junto al Pobre de Asís
El hermano Miguel Ángel Correa, ofm, Guardián Templo San Francisco de la Alameda, agradeció la presencia de los obispos y de los fieles en tan importante día. “Hemos dado conclusión a esta primera etapa de la restauración. Una primera etapa de restauración que tiene que ver con ustedes, porque esto no habría sido posible sin su entrega, bendición, sin su donación. Agradecemos a nuestros colaboradores, al Museo, al equipo de restauración y de la empresa que nos han colaborado en la restauración. Esto no ha sido fácil, somos un Monumento Nacional y por eso, requirió la autorización del Consejo de Monumentos Nacionales para poder realizarlo y llevó un largo tiempo poder consensuar los procesos para que se pudiera llevar a cabo”, analizó.
Fue en esa línea, donde el hermano Miguel Ángel Correa, ofm, anunció que durante el año se llevarán a cabo dos nuevas tapas de restauración donde se considera las lápidas de los difuntosy los pisos, como también, la limpieza del púlpito, el altar de la Virgen de Fátima y el destape de San Francisco.
Voces agradecidas
Los feligreses y la comunidad local expresaron su entusiasmo por la renovación, que busca crear un espacio de culto más acogedor y bello e inspire una renovación espiritual en aquellos que la visitan.
Graciela Benavides se sintió muy emocionada al ser testigo de la bendición de los altares. “Yo vine a la misa, pero no estaba en mis planes ver esto tan bonito, ver cómo la Iglesia se va poniendo más bonita gracias a Dios y a la ayuda de tantas personas como dijo el padre en la misa”.
Sergio Ortiz, en tanto, también se sintió muy honrado. “La verdad es que es un lugar con mucha historia y siempre es bueno que se arregle. Siempre pasó por acá y trato de venir a misa de vez en cuando. Hoy día vine y estaba esta ceremonia y quedé muy contento de haberla visto”.