Desafiando a preguntarse cuánto tiempo y cuánto trabajo dedican al servicio de los más pobres y abandonados, el hermano Pedro Zitha, ofm, culminó su visita a Chile. Fueron dos semanas de formación, de visitar algunas presencias de nuestro país y de animar a la Orden a mirar hacia el futuro con fe.
Por Enrique Astudillo Baeza, periodista
Nos dice que es team frío, por eso no le han afectado las bajas temperaturas de nuestro país. Nos recibe en el Templo San Francisco de la Alameda este 13 de julio por la mañana, sabiendo que ya en la tarde, partirá a Roma, su lugar de estadía hasta el 2027 por su cargo de Asesor General Espiritual OFS.
Fue nombrado Asesor Espiritual el año 2017 y con ocho años en el cargo, a diario desafía y exhorta a quienes realiza una formación permanente a ser semejanza de San Francisco en medio del mundo.
Pronto a cumplir 51 años en agosto próximo, nos cuenta que nació en Mozambique, África y actualmente es uno de los cuatro asistentes espirituales. “Somos todos encargados de acompañar como asistentes espirituales generales en todo el mundo de la Familia Franciscana y JUFRA. Entonces mi encargo es animar y fortalecer la comunión entre la Primera Orden, la Familia Franciscana, la OFS y la JUFRA”, desglosa.
¿Cómo tomó este servicio de asesor?
Lo recibí con gran sorpresa, porque cuando me llamaron me pregunté por qué tengo que hacer este trabajo (ríe), pero entendí que buscaban a la persona más idónea, pero mal preparada (ríe), pero me he ido preparando hasta ahora. Acá puedo conocer mejor la Familia Franciscana, trabajar con la OFS y encontrar hermanos en todo el mundo.
¿Cuál fue el objetivo de la visita a nuestro país?
Vine a Chile para hacer una formación espiritual para los asistentes y también para encontrar a los hermanos Franciscanos, Seglares y de JUFRA. Ese fue mi objetivo importante de estar aquí.
¿Qué destaca de la formación espiritual que desarrolló?
Gracias a Dios encontré mucho entusiasmo. Les gusta trabajar, especialmente, porque llegaron casi todos. Faltaron solamente dos. Entonces esa es una buena señal, y también no solamente han escuchado, sino que han hecho muchas preguntas. Eso para mí es una señal que tienen interés en su trabajo como asistentes.
Por su cargo, me imagino que hay un análisis más global de la Orden Franciscana en general.
Mi primer análisis es que en pocos países ha crecido. En general, veo que en muchos países son personas mayores. Hay países que, a pesar de la edad, también se encuentran muy activos y también hay países que están decayendo, porque son personas muy mayores. Por lo tanto, no hacen mucho trabajo social, no tienen injerencia en lo político, en lo cultural, algo que es muy necesario para la Orden. Muchos se alegran sólo por participar en la fraternidad y en reuniones, pero les falta mucho más estar involucrados en la social de la nación o donde se encuentran. Hace falta volver a esa Orden de antiguo que estaba mucho más involucrada en todo lugar y en todos los ámbitos. Pero hay países que hacen mucho trabajo también.
Y de la JUFRA, ¿cuál es su análisis?
El problema últimamente es la edad. Veo que tiene límites para pasar a otra generación. Ese es el problema de la JUFRA que, si estás en la universidad, tienes que involucrarte en otras cosas, entonces no hay una estabilidad, pero también veo muchos jóvenes activos, sobre todo en la parte social. Veo en algunas partes un poco de dificultad en la relación de la Orden con la JUFRA. Veo que no hay una doble pertenencia y tiene miedo a esa dualidad.
Y sobre los jóvenes chilenos, ¿pudo hacerse una impresión?
Puede conocer muy poco, porque tuve muchas reuniones, pero lo que sí veo es que hay que darles mucha asistencia a ellos. Los frailes menores debemos acompañarlos, en general toda la Fraternidad, porque ahí está el futuro de la Orden.
En un ámbito más local, ¿qué desafío ve para la Orden Franciscana en Chile?
El desafío mayor es encontrar nuevas maneras de redefinir la Fraternidad. Preguntarse qué significa ser miembro de la Fraternidad. Una fraternidad no es solamente la OFS, sino que es algo más total que es la Familia Franciscana. Tenemos que entender mejor que debemos llevar una vida más recíproca, no de manera individual. Tenemos que vivir el carisma juntos. Chile tiene un desafío al igual que otros países, de cómo vivir el carisma Franciscano todos juntos. No importa si eres Capuchino, OFS, JUFRA.
¿El significado está en el carisma entonces?
El carisma es el que nos une. Para mí la cuestión es qué significa celebrar los estigmas hoy, no los del tiempo de Francisco, sino quiénes son los estigmatizados de hoy. El próximo año celebraremos el Jubileo y el Canto de las criaturas y debemos mirar la parte social en Chile, es decir, qué hacemos como Franciscanos. Ahí hay un gran desafío con toda la familia, es decir, hacerlo vivo y para toda la gente. Francisco ve muy bien como observar la naturaleza, entonces ese es el desafío que tenemos. No sólo en el Jubileo, sino que con toda la identidad.
¿Cuál es el mensaje que dejaría para Chile tras su visita?
Por favor por favor no miren la edad, no importa la edad, miren que lo importante es dar. Compartan ideas con los más jóvenes, compartir las ideas con toda la Familia Franciscana. Me entristece cuando oigo que una fraternidad no comparte con otros, y este mensaje va para todos, no sólo los frailes, sino los Capuchinos, los jóvenes. Si compartimos las ideas, podemos vivir mejor. No nos quedemos en la tristeza de no ver vocaciones, siempre hay que tener la esperanza de vivir el hoy para garantizar el futuro, porque pensando en el futuro no se vive el momento de hoy. Vivamos mejor el presente. Mucha fuerza y mucha esperanza para los chilenos. Nosotros nos toca seguir este llamado que siempre está ahí vigente.
Finalmente, ¿algo que haya quedado en el tintero por decir o hacer en Chile?
Que los asistentes espirituales tengan tiempo de visitar a las personas mayores. Visitar aquellos que no pueden participar de la vida Franciscana. Cautivar a los jóvenes. Muchas veces somos fríos en nuestra vida Franciscana y no tenemos nuevas ideas. Cuando amanece, uno debe siempre tener nuevas ideas, inventarse. Cada día es una oportunidad de renovar nuestra fe, nuestro carisma. Muchas veces nos olvidamos de nuestros hermanos, nos olvidamos del Evangelio.
¿Hay algo que duela más que otras cosas en este análisis?
Lo que últimamente me duele no sólo de Chile, sino del mundo, es que los Franciscanos hablan de los hermanos no activos, los desolados. Yo me pregunto activos de qué, no es activo solo el que está muerto. Los adultos mayores son activos, porque están vivos, tienen oídos para escuchar, boca para hablar. Escúchenlos. Quedaron muchas preguntas por hacer, pero lo más importante es que los Franciscanos deben ser ejemplares. Vivir de mejor manera el carisma franciscano. Vivir como Francisco, pero no como un slogan.