A pesar de las dificultades climáticas que azotan a nuestra capital, un grupo importante de fieles llegó este 14 de junio al mediodía, hasta el Templo Recoleta Franciscana para celebrar la misa por la pronta beatificación de Fray Andresito. La eucaristía, fue presidida por el Hermano Miguel Ángel Correa, ofm, Guardián de la Fraternidad San Francisco de Asís de la Alameda.
Por Enrique Astudillo Baeza, periodista
El Hermano Miguel Ángel, tras proclamar el evangelio del día, inició a su homilía recordando que el principal fruto de nuestra vida es Jesús. “Hemos venido escuchando en los últimos días esta pregunta ¿dónde está tu hermano, dónde estás tú en este momento de la vida. ¿Dónde se encuentra Dios? Y que significativo, porque lo lleva a una visión más profunda y contemplativa de lo que es la crisis de la fe”.
Descubrir la presencia de Dios
Frente a lo anterior, agregó. “Cada uno de nosotros en su vida experimenta el sin sentido, el vacío, el desierto espiritual, ya sea por las circunstancias de la vida, enfermedades, persecuciones y tantas otras realidades que caminan con nosotros. Realidades que existen. Sin embargo, nuestro desafío como cristianos, apunta a descubrir la presencia de Dios en cada uno de nosotros. El Dios de la vida, de la novedad”, precisó.
En esa línea, preguntó. “¿Me dejo abrazar por su amor? ¿Soy consciente de lo que significa para mí dejarme encontrar por Dios? Porque de ese encuentro depende nuestra salvación. Y qué es la salvación, es la justicia de Dios en nuestra vida. El amor se transforma en nosotros para determinar si somos fieles o infieles al encuentro con Dios, porque el problema del Evangelio de hoy es la fidelidad y hay muchas formas de ser fiel o infieles. Si no nos dejamos abrazar por el amor de Dios, que no es un amor de teleserie, podemos ser infieles”, enfatizó el Hermano Miguel Ángel Correa, ofm.
Necesitados del amor de Dios
Ya al final de su exhortación, el Hermano Miguel Ángel llamó a los presentes a ser testigos del amor resucitado de Dios. “Por eso, ojo con aquello que hay en nosotros que nos hace ser infieles y pecadores, porque esa realidad camina con nosotros. Sin embargo, hay que aprender a ponerle nombre. Todo aquello que no nos permita caminar en la lógica del amor es lo que tenemos que transformar, reconciliarnos, aceptar. Sólo cuando reconozcamos que nos falta el amor de Dios, comprenderemos que nuestra vida y nuestra crisis de hoy es un problema de fe”.
“Señor aumenta nuestra fe para que nuestra vida sea testimonio fiel del amor de Dios que nos hace esperar la venida de Jesús”, cerró el Guardián de la Fraternidad San Francisco de Asís de la Alameda.
La misa por la pronta beatificación de Fray Andresito terminó con su oración universal a los pies de donde descansan sus restos en el Templo Recoleta Franciscana en la zona norte de la capital.