Entre los días 6 y 8 de junio, a las 19:30 horas, en la parroquia Apóstol Santiago de Castro, cerca de 70 agentes pastorales participaron del Taller de Formación: Relaciones Humanas en Ambientes Eclesiales. Expuso el psicólogo redentorista, padre Carlos Pérez.
Por Enrique Astudillo Baeza, periodista
Según nos explica el Hermano José Manuel Hernández, ofm, párroco de Apóstol Santiago de Castro, el taller tuvo como marco principal el Plan Pastoral Trienal, “pues ahí está plasmado el querer crecer en las relaciones humanas sanas y fraternas”, precisó.
A ello, agregó. “Los convocados fueron todos los agentes pastorales de la vida parroquial, asimismo, hermanos y hermanas que están participando de las distintas catequesis”, por lo que aseveró que el ambiente del taller en los tres días fue muy bueno, con muy buena disposición por parte de los asistentes hacia el crecimiento humana.
En esa línea, destacó el Hermano José Manuel la buena asistencia de los participantes. “Fue muy numerosa a pesar del clima en que nos encontramos, pues por estos días estamos con bastante lluvia, viento y frío, pues es Chiloé, pero esto no ha sido ningún impedimento”, valoró.
Asimismo, resaltó la participación del sacerdote y psicólogo Redentorista, padre Carlos Pérez, “quien con muy dinámicas y herramientas, nos ayudó a ir profundizando en este ámbito relacional. Claramente se quedó con gusto a poco, pero eso bueno, porque manifiesta la plena y total disposición en la que estamos como comunidad parroquial”, anunció.
Finalmente, el párroco de Apóstol Santiago de Castro agradeció a todos quienes hicieron posible este importante taller para los agentes pastorales. “Solo dar gracias a Dios por el esfuerzo realizado, por todos los que participamos, y ahora a seguir dando frutos buenos en nuestras relaciones fraternas”, auguró.
Llamado a la reflexión
Marcos Bastidas, Catequistas e integrante del Coro de la parroquia Apóstol Santiago de Castro, también expresó su gratitud por el taller desarrollado, donde destacó no sólo la buena participación de agentes pastorales de la parroquia, sino también de otras parroquias de Castro como Sagrado Corazón y Juan Pablo II.
“Ojalá en el futuro se puedan abrir más instancias de formación como estás y también charlas de conversación, ya sea en la parroquia o también de manera externa con otros hermanos de otras parroquias”, pidió Marcos.
A lo anterior, extendió. “Fue un taller bastante interesante, reflexivo, dinámico, además de didáctico. El padre Carlos nos llamó un poco a la reflexión, a la autocrítica, en torno a lo que ha sucedido dentro de la de la Iglesia católica, como los casos de abusos, hasta la jerarquía, que podríamos decir, está cuestionada. Esa fue más o menos la tónica de la charla”, relató Marcos Bastidas.
Diversidad de dones
En el caso del matrimonio Sanhueza Navarro, el taller fue una excelente experiencia que vino a enriquecer y a fortalecer los ambientes parroquiales, “donde debe primar la cultura del cuidado y el buen trato. Personalmente, agradezco este tipo de instancias de formación y los contenidos entregados tan claramente por el padre Carlos Pérez, quien nos guío para encontrarnos con el otro, a tomar conciencia de lo importantes que somos todos y todas para nuestra comunidad, y entender que desde la diversidad de dones que cada uno tiene aportamos para conocernos y relacionarnos siempre bajo el ámbito del buen trato, fraterno. Los animamos a continuar y participar en otras instancias que se irán generando durante este año”, señaló Luis Sanhueza.
Alejandra Navarro, por su parte, describió que esta formación vino a fortalecer el camino que han ido construyendo desde hace tiempo, “y también a animarnos en nuestro servicio. Nos permitió reconocer que la forma en que nos relacionarnos marca la vida parroquial, siempre mirándonos desde la fraternidad, por lo mismo, debe existir en nuestra comunidad instancias como esta que fomente la importancia del diálogo, la escucha y la corrección fraterna. La importancia de vincularnos desde los afectos y de esta manera poder formar comunidades afectivas, ya que esto mueve la vida”, esbozó.
“Pudimos observar con alegría la participación entusiasta durante estos tres días, pese al clima helado pudimos sentir el calor de esta comunidad que nos formamos para renovar los procesos de crecimiento personal y comunitario”, cerró el matrimonio Sanhueza Navarro.