El pasado domingo 14 de mayo y con dos eucaristías, se recordó una vez más, el legado de amor y solidaridad de Fray Andresito hacia los más necesitados. Como ya es habitual, los fieles que llegaron hasta el Templo Recoleta Franciscana pidieron por la pronta beatificación del Venerable.
Por Enrique Astudillo Baeza, periodista
La primera eucaristía -a las 10.30 horas de la mañana- fue presidida por el Hermano Luis Mauricio Aravena, ofm; mientras que la segunda – al mediodía- fue celebrada por el Hermano Nicolás Alfaro, ofm, Guardián del Templo Recoleta Franciscana.
Cabe precisar, que la gratitud del Pueblo de Dios hacia Fray Andresito se vio reflejada una vez más en ambas misas, donde las personas llegaron masivamente hasta la Recoleta Franciscana, para demostrar y comprobar este signo de cercanía y cariño hacia el Venerable.
En su homilía, el Hermano Nicolás Alfaro, ofm, señaló y exhortó a los fieles a ver que Dios, por medio de su Hijo, no nos abandona. “Jesús nos muestra su profunda unión con el Padre y Él es el enviado y el rostro del Padre. Pero esta relación filial, que va a culminar en su muerte por amor a nosotros, generará una nueva presencia de Dios en medio nuestro. Por eso Jesús les dice a sus discípulos que no los dejará huérfanos”.
Asimismo, en este Sexto Domingo de Pascua, reflexionó. “Hoy estamos acostumbrados a hablar de la energía, de fuerzas superiores, pero nosotros podemos decir que el Espíritu es eso y mucho más, porque el Espíritu de Dios lo podemos definir en palabras sencillas, como ese amor profundo, vivificante, del amor entre el Padre generador y el Hijo redentor”.
Reglón seguido, precisó a los fieles que por medio del Espíritu Santo estamos llamados a ser testigos de Jesús y de su amor, al igual como lo hizo el Venerable. “Y eso es lo que hizo Fray Andresito. Fray Andresito hizo este ejercicio del espíritu, de agudizar el corazón y sus sentidos para escuchar al Cristo de sus hermanos que clamaban”, animó.
Finalmente, y en la línea de lo anterior, el Hermano Nicolás Alfaro, ofm, Guardián del Templo Recoleta Franciscana, enfatizó que Fray Andresito se donó a los más pobres no para ser un hombre altruista, sino que veía que, en esos Cristos sufrientes, se encontraba también el Cristo de Dios mismo. “Fray Andresito veía en ese hombre, en esa enfermedad, en esa soledad, en esa pobreza, en esa indigencia, en esa orfandad a Cristo y sintió ese llamando y se puso en acción”, culminó.
Antes de culminar la eucaristía, el Hermano Nicolás invitó a todos los presentes a acercarse hasta la tumba de Fray Andresito y rezar por su pronta beatificación y por aquellas necesidades que cada uno de los asistentes traía en su corazón, las cuales quedaron depositadas en la figura del Venerable.