En febrero de 1563 arribaron a la ciudad colonial, instalándose en la actual esquina de Balmaceda con Eduardo de la Barra, en la cual erigieron el templo San Francisco y el colegio San Antonio, ambos atendidos pastoralmente por la Orden Franciscana que, a pocos meses de cumplir 460 años de presencia en la zona, hoy dicen adiós.
En ese espíritu, la tarde del viernes 25 de noviembre se congregaron en el templo Catedral feligreses de las mencionadas comunidades, como también quienes integran la parroquia “San José Obrero” de La Antena, que también recibió la bendición de caminar juntos con los Padres y Hermanos Franciscanos.
En la ocasión, el Arzobispo René Rebolledo presidió la Eucaristía de acción de gracias a Dios por la entrega y misión que la congregación realizó en la zona. Durante su homilía, agradeció “al Señor, pues ha enriquecido la Iglesia en La Serena con el carisma franciscano. Son muchos los hijos de “San Francisco” que han servido al Señor y a la comunidad cristiana en la región, hermanos procedentes de varios países. Tenemos presente a aquellos misioneros de la “primera hora”. A quienes dejaron su patria, familia, que adoptaron nuestras costumbres, modo de ser y cultura, -no sin ingentes sacrificios-. ¡El Señor los sabrá recompensar!”.
Gratitud y desafíos
Presentes en la celebración, el Ecónomo Provincial, Fr. Miguel Ángel Correa, y el Ministro Provincial, Fr. Carlos Guillermo Paz, quien manifestó que esta decisión tiene que ver “con una realidad de mucha necesidad de revitalizarnos y fortalecernos, porque por un lado se ha dado una reducción muy grande de hermanos franciscanos y se nos hace imposible responder como el Pueblo de Dios merece en cuanto al servicio pastoral”.
En tanto, el Fr. Francisco Lastra, quien hasta el próximo domingo es el párroco de La Antena, con emoción expresó que “nuestra prioridad es vivir en fraternidad mínimo tres hermanos, somos menos así que el Gobierno Provincial decidió finalizar esta misión. El gran desafío hoy, no tan sólo para nuestra congregación, sino que para toda la Iglesia en Chile es orar por las vocaciones religiosas y sacerdotales”.
Por siempre Franciscanos
Tristeza por la despedida, pero agradecidos por haber compartido con ellos, se manifestaron los feligreses que participaron de la Eucaristía, entre quienes estaba la señora Cristina Valle, laica que por más de 40 años ha servido en el templo San Francisco de La Serena. “Me quedo con el grato recuerdo de su evangelización, del deseo de compartir, la empatía y preocupación con el hermano que sufre, del enfermo, enseñando siempre cómo aplicar a la vida lo que dice el Evangelio”, enfatizó.
Finalmente, Jessica Monroy, secretaria de la parroquia “San José Obrero”, con lágrimas en sus ojos sostuvo que “lo vivimos con pena, pero también con mucho ánimo por recibir a nuestro nuevo párroco, ya que sin olvidar que somos franciscanos, la acogida siempre será la mejor. A nuestros hermanos franciscanos les decimos que nunca los olvidaremos, deseándoles Paz y Bien donde quiera que vayan”
Fuente: www.arzobispadodelaserena.cl