San Francisco de Asís en Mostazal se llenó de alegría y devoción entre sus fieles

Con la celebración de la Novena, bendición de animales y una solemne procesión, la parroquia ubicada en la localidad de Mostazal desarrolló este 2022 la Fiesta de San Francisco. Lo hizo acompañada de sus fieles, comunidad parroquial y con la presencia del Obispo de Rancagua, monseñor Guillermo Vera.

El Hermano Sergio Villalobos, ofm, Guardián y Párroco de San Francisco de Asís de Mostazal, detallo que todo comenzó con la Novena, animada y predicada por el Hermano Máximo Cavieres, ofm. El domingo 2 de octubre por su parte, en conjunto con el municipio, se realizó la bendición de las mascotas en la Plaza del pueblo, “lo cual permitió que muchas personas y familias llevarán sus mascotas para ser bendecidas”, dijo.

Por la tarde del mismo domingo, a eso de las 17:30 horas, se llevó a cabo la procesión por las calles del pueblo, acompañado por los fieles, algunos colegios católicos, la banda del colegio y una agrupación de bailes religioso. “La procesión provocó alegría en la gente, ya que se llevaba mucho tiempo sin realizar esto. A la vez, nos permitió recorrer las calles de pueblo haciendo participar a las personas desde sus hogares”, explicó el Hermano Sergio.

Para el lunes 3 de octubre en tanto, la visita de monseñor Guillermo Vera, Obispo de Rancagua, animó a toda la comunidad presente a desarrollar la celebración del Tránsito de San Francisco con mucha emoción y solemnidad. “El obispo nos acompañó en la eucaristía y celebración del Tránsito, quien en sus palabras destacó la importancia de San Francisco para la Iglesia y la sociedad, porque supo tener una mirada de fe y profunda para saber discernir la voluntad de Dios y hacerla vida”, precisó.

El martes 4, se celebró la solemnidad de San Francisco, eucaristía que contó con la asistencia de muchos fieles, el alcalde de Mostazal, Santiago Gárate y su Jefe de Gabinete, hermanos proveniente de la Laguna de Aculeo y concelebrada por los Hermanos Máximo Cavieres, ofm y Jaime Campos, ofm.

La eucaristía finalizó con un esquinazo a San Francisco por parte de los niños del colegio de Peuco y un compartir fraterno, por medio de un ágape de bebida y torta, generando un espacio de convivencia y comunión que por la pandemia estaba suspendido.