En este día que celebramos el Domingo Universal de Misiones compartimos una reflexión sobre el Mensaje del Papa Francisco para esta celebración, escrita por un fraile de nuestra Provincia de la Santísima Trinidad de Chile, Hno. Alberto Nahuelanca, ofm, Doctor en Misionología:
Hemos comenzado a vivir el Mes Misionero de la Iglesia. Octubre es un tiempo especial de renovación de nuestro compromiso con la Misión Universal. Es el Mes de san Francisco y de la alegría franciscana. El lema que nos convoca para vivir con creatividad y solidaridad este tiempo fuerte es: “Para que sean mis testigos” (Hch 1,8). El Papa Francisco, en su Mensaje para el Domingo Universal de las Misiones 2022, ha querido relevar tres expresiones claves que resumen los tres fundamentos de la vida y de la misión de los discípulos: 1) «Para que sean mis testigos»; 2) «hasta los confines de la tierra»; 3) y «el Espíritu Santo vendrá sobre ustedes y recibirán su fuerza»; elementos inspiracionales que los hermanos franciscanos deseamos integrar para vivir fecundamente nuestra vocación en clave de misión.
1. “Para que sean mis testigos”. Cuando Jesús elije a sus discípulos no es para aumentar la fuerza propagandística de su mesianismo, es ante todo para testimoniar con signos evangelizadores elocuentes la llegada de su Reino. El resplandor testimonial de la vida del discípulo es ya la expresión epifánica de “los cielos nuevos y la tierra nueva” que El ha venido a instaurar. A los discípulos se les pide vivir la vida personal en clave de misión. Jesús los envía al mundo no sólo para realizar la misión, sino también y sobre todo para vivir la misión que se les confía; no sólo para dar testimonio, sino también y sobre todo para ser sus testigos.
2. “Hasta los confines del mundo”. En el ADN de la Iglesia, y consecuentemente en la vida de la Orden, está la conciencia de la universalidad a la hora de emprender la desafiante aventura del anuncio del Evangelio; por tanto esta exigencia de Jesús de ir “hasta los confines de la tierra” deberá interrogar a los discípulos de todo tiempo, a los hermanos menores de hoy, “y los debe impulsar a ir siempre más allá de los lugares habituales para dar testimonio de Él. La Iglesia de Cristo era, es y será siempre “en salida” hacia nuevos horizontes geográficos, sociales y existenciales, hacia lugares y situaciones humanas “límites”, para dar testimonio de Cristo y de su amor a todos los hombres y las mujeres de cada pueblo, cultura y condición social”. Testimonio y anuncio son los dos pulmones de nuestra evangelización franciscana.
3. “El Espíritu Santo vendrá sobre ustedes y recibirán su fuerza”. Para responder y estar a la altura de una responsabilidad tan grande como débiles y frágiles discípulos misioneros, Jesús quiso enviarnos al Espíritu Santo. Sin su presencia asistente no llegaremos muy lejos en el desafío “de ir más allá” en el camino de nuestra misión evangelizadora. Sólo él puede darnos fortaleza, valentía, sabiduría, inspiración y determinación para salir de nuestros habituales espacios y modos de evangelizar. Invoquémoslo!
La hora actual es la hora de los testigos. “El hombre contemporáneo escucha más a gusto a los que dan testimonio que a los que enseñan, o si escuchan a los que enseñan es porque dan testimonio” (PabloVI. EN41) Este es nuestro mayor desafío hoy: la significatividad de nuestra presencia franciscana en el mundo. La fecundidad de nuestra misión franciscana se juega en el resplandor testimonial de nuestras fraternidades locales de pertenencia. ¿Qué fuerza de atracción tiene nuestra vida de hermano menor y nuestro mensaje franciscano hoy?