Aprovechando la misa dominical del mediodía del 24 de julio, la parroquia Apóstol Santiago de Castro, recordó la fiesta de su santo patrono. Lo hizo junto a su comunidad presente y también aquellos que se conectaron a través de las redes sociales. La misa fue presidida por el Hermano Luis Alberto Nahuelanca.
“Como parroquia Franciscana estamos celebrando nuestro santo patrono y protector. Queremos pedir al Señor muchas gracias y bendiciones para la vida de nuestra comunidad parroquial. Todas sus comunidades, agentes pastorales, catequistas, niños y jóvenes, todos los adultos que sienten a la parroquia como su casa y un lugar para alimentar la fe”, comenzó animando el Hermano Luis Alberto Nahuelanca, ofm, de la fraternidad Apóstol Santiago de Castro.
La eucaristía. fue un momento, además, no sólo para recordar al apóstol Santiago, sino para iluminar la vida de las personas. Allí, se recordó a los asistentes presenciales y virtuales que la fe sin comunidad se debilita y que la fe vivida en comunidad se fortalece y se hace fe misionera.
“Que bien nos hace detenernos con una actitud silenciosa y contemplativa frente a la palabra. Qué bien nos hace entrar en sintonía con lo que el Señor quiere transmitirnos, como sabiduría a fin de que sigamos nuestro camino como discípulos del Señor en medio de la complejidad del mundo, siendo allí luz, sal y levadura como nos pide el Señor”, precisó el Hermano Luis.
En su exhortación, habló de la necesidad imperiosa en la vida de un cristiano. La necesidad de orar. “Un discípulo ve a su maestro orando, como en muchos otros momentos en la vida de Jesús, porque él fue un apasionado por el reino y su justicia un apasionado por hacer siempre la voluntad del padre, un apasionado por la historia humana, pero su vida no fue sólo una agenda llena, no fue un activista, sino un hombre profundamente arraigado en una experiencia íntima, orante con su padre Dios”, recordó.
Sobre la figura del apóstol Santiago, precisó que la oración tiene que ser primordial de cara a los tiempos que se nos presentan. “Hay un tiempo para todo. Hay tiempo para reír, para llorar, para sembrar, para cosechar. Hay un tiempo para todo y no hay excusa para no quedarse detenido en un momento y poder abrir el corazón a ese Dios que me espera y que me mira y me envuelve con su amor de padre”, clamó el Hermano Luis Alberto Nahuelanca, ofm, de la fraternidad Apóstol Santiago de Castro.
Todo culminó con una procesión simbólica al interior del templo con la figura del santo patrono apóstol Santiago. Todoacompañado de cantos y de los fieles presentes en la eucaristía, como signo de una fe misionera e itinerante.