Ayudando a descubrir el sueño que Dios tiene para los jóvenes

El Hermano Luis Cisternas, Animador del Cuidado Pastoral Juvenil- Vocacional de la Orden Franciscana en Chile, analizó el hoy de los jóvenes en la sociedad y en la Iglesia, y detalló los desafíos y anhelos para ellos de cara al futuro.  Acompañar y sostener en la fe son los principales retos que se proponen a diario.

De entrada, el Hermano Luis Cisternas advierte que el trabajo con los jóvenes ha sido un gran desafío. “En realidad, es una pastoral y un trabajo que nunca busqué, ni pedí. Sin embargo, desde la formación, me fueron solicitando acompañar en esta tarea pastoral a los jóvenes. Primero con la asistencia espiritual Franciscana en Chile, también en la Pastoral Juvenil de la parroquia San Cayetano de La Legua, después con la Pastoral Vocacional desde la Casa de Jóvenes”.

Para lo anterior, explica que le ha significado formarse académicamente, prepararse sistemáticamente para acompañar de modo efectivo y afectivo a los jóvenes. “Y eso ha constituido un desafío. También lo experimento como un llamado que, si se quiere responder, uno tiene que prepararse académicamente, pero también teniendo una actitud, la de la receptividad, la de estar permanentemente más que jugando, más canalizando a los jóvenes, estar permanentemente leyendo, comprendiendo, acogiendo sus inquietudes, sus preguntas. Entonces, estas dos cosas han constituido un desafío, por lo tanto, un llamado de Dios”.

El llamado de Dios

Respecto de este llamado, el Hermano Luis desglosa tres puntos. “El primero es acompañar a los hermanos, es decir, ponerme al lado de la vida de los jóvenes como hermano. En segundo lugar, con la gracia de Dios, intentando desenterrar a Dios en la vida de cada joven. Yo soy un convencido que en cada persona también en cada joven hay mucho de Dios, incluso hasta en el menos creyente, porque hay bondad, porque hay mucho potencial para el Reino, porque hay virtudes, dones, pero también un anhelo y una sed profunda de Dios. En tercer lugar, también como hermano, estoy llamado a ser el que indica dónde está la fuente, dónde está la alegría, donde está la plenitud de su anhelo, de ese deseo profundo. Y digo indica a propósito, ya que, como hermano y acompañante, no estoy llamado a reemplazar el trayecto de los jóvenes hacia Dios, sino que, a indicar el destino, la meta que es Jesús. El trayecto tiene que hacerlo cada joven y para ello, nosotros simplemente acompañamos, no reemplazamos la experiencia que cada joven debe hacer, incluso acompañándolo en sus errores, como también en sus aciertos”, aclara.

Acompañamiento

Para el Hermano Luis lo más significativo de trabajar con los jóvenes es el acompañamiento espiritual y personal. “Ese lugar tan sagrado, en donde uno va conociendo al joven de verdad y en profundidad. Eso requiere mucho respeto de parte nuestra, requiere sutileza para ir desenterrando y descubriendo a Dios. Requiere atención profunda para oír desde la verdad lo que los jóvenes nos van relatando. Es ver en la experiencia de sus relatos la palabra de Dios actualizada en sus vidas. Por eso para mí ha sido un regalo que algunos jóvenes puedan caminar con nosotros desde una vida que se abre para ser compartida, transformada y planificada. Es un acompañamiento gratuito que uno brinda y se va dando una comunión, una amistad con ellos que, a pesar de la distancia, puede perdurar y eso es lo bonito, sentirse hermano de los jóvenes a través de este servicio. Obviamente requiere tiempo, información, pero por, sobre todo, un corazón dispuesto para darles ese tiempo a esos jóvenes que quieren ser escuchados”, manifiesta.

La fe en medio de la pandemia

Sobre cómo ve la fe de los jóvenes en medio de esta pandemia, sostiene que ha sido un todo. “Así como la Iglesia tiene diversidad de modos para vivir la fe, también en los jóvenes se ve eso y no sólo en la pandemia, sino que también antes de ella. Quizás en este tiempo de pandemia se ha enfatizado esa búsqueda espiritual en algunos, de tener más espacios de silencio, de oración, de contemplación, de hacer retiros virtuales en la casa. Otros, están acentuando esa búsqueda y vivencia de la fe a través de lo social, en el voluntariado, en una lectura de la realidad mucho más crítica. Otros han vivido la fe añorando algo que para ellos era muy importante, como la vivencia de la comunidad o su fraternidad. Es decir, hay muchos modos que uno puede ver y que son parte de la vivencia de la fe en la vida de los jóvenes, y uno tiene que saber acompañar cada uno de estos procesos, de estas búsquedas”.

Paso a paso

Respecto de cómo ha sido la ayuda de la Orden en materia espiritual y pastoral hacia los jóvenes, responde con sinceridad que se han ido dando pasos. Cree que la opción por los jóvenes hoy por hoy en la Provincia es una opción que se está aprendiendo a abrazar para optar con mayor osadía y responsabilidad. “Es un proceso que lleva un largo tiempo, que empezamos con la Fraternidad de Acogida Juvenil en Recoleta, otro intento en Valparaíso, y desde el 2018, en esta Casa de Jóvenes como un proyecto del CPV y aprobado por el capítulo, pero que tenemos que seguir consolidando. Esta casa ya es una expresión de lo que se quería realizar, que es una opción por los jóvenes. Queremos brindarles a los jóvenes un espacio humano, de fraternidad que pueda acompañar sus procesos vitales de fe. En Chile estamos cada vez más con una Iglesia adulta, por lo tanto, carece nuestra comunidad eclesial de espacios, de estructuras eclesiales, de itinerarios formativos dirigidos principalmente y particularmente a los jóvenes. Cuándo me refiero a espacios humanos, espacios físicos, me refiero a personas, a lugares que estén disponibles a acompañar la particularidad de cada joven y eso es más difícil, porque podemos acompañar desde la generalidad, de la formación, es decir, entregar a los jóvenes un tremendo programa formativo e intelectual, pero lo importante es acompañar vitalmente el proceso que cada joven está viviendo en relación a su vida a su fe. Pero al mismo tiempo, es importante ver que los jóvenes son personas que viven sus dramas, sus realidades complejas. Por eso es importante no solo hablar de los jóvenes como el futuro de la Iglesia o de la sociedad, sino que los jóvenes hoy son el presente y eso es lo que vale. Por eso es importante una casa de jóvenes, una pastoral y nosotros como Orden estamos dando pasos para eso. Hay cuatro hermanos que se están formando para ello, a través de un diplomado en Pastoral Juvenil y Vocacional, se preparan para este trabajo de manera ardua y, además, está el deseo naciente de querer comprometernos más seriamente con osadía y responsabilidad en este trabajo con los jóvenes”, desglosa.

Gracias

Por último, el Hermano Luis Cisternas, no quiere dejar pasar esta oportunidad para decirles a los jóvenes que en la Orden Franciscana tienen un lugar, y hermanos que quieren acompañarles. “Desde nuestra propuesta de Pastoral Juvenil Vocacional y desde la Casa de Jóvenes, no queremos proponer ningún modelo en el acompañamiento integral de la fe, sino más bien acompañar desde su realidad. Queremos estar para escuchar, para ayudarles a que puedan abrazar su debilidad, su vulnerabilidad y hacer de este lugar un espacio de encuentro con el Señor. Para que cada uno pueda descubrir el sueño que Dios tiene para ellos y eso, sin lugar a dudas, le va a traer felicidad, plenitud y lo que cada uno anhela en su corazón. Por eso acá hay un espacio para sentirse escuchado y acompañado. También les diría a los jóvenes muchas gracias por lo que hacen como protagonista de la historia, con la Iglesia y de siempre animarnos a más. Por lo que hacen en medio de la sociedad, empujándola a una renovación, por ayudarnos a darnos cuenta de tantas cosas que los adultos en varias ocasiones nos vemos. Nosotros necesitamos muchas veces renovar formas, estructuras y ustedes los jóvenes, nos recuerdan y refrescan eso. Por eso su protagonismo en medio de la sociedad es sumamente importante, en la Iglesia es sumamente importante y tomando las palabras del Papa Francisco, yo creo que nos ayudan con su lío, nos ayudan con su actitud que en varias ocasiones van de frente al decir las cosas tal como son. Les agradezco, porque ustedes allí cumplen el papel que el Señor le gustaría hacer con nosotros, el de movernos. Cuando estamos quietos en medio de la historia, hay muerte y ustedes los jóvenes nos transmiten vida, nos invitan a ese más, que es el más de Dios”, concluye.