La Oración Franciscana – Clareana “Alabando nos enseñó a alabar”, se realizó este sábado 14 de agosto, desde la parroquia Apóstol Santiago en Castro. La iniciativa, se enmarcó en el mes vocacional que la Provincia Franciscana de Chile efectúa en el mes de agosto, espacio en donde se hace oración de manera especial por las vocaciones a la vida religiosa.
El Hermano José Manuel Hernández, párroco de Apóstol Santiago en Castro, señaló que el lema “Alabando nos enseñó alabar”, “lo hemos elegido de los escritos de San Francisco, pues el pobrecillo de Asís es quien está constantemente alabando al dador de todo Bien. Y, por lo tanto, se transforma en un modelo de oración para todos nosotros que queremos seguir su forma de vida, ya sea religiosos o laicos”.
Agrega, que en esta oración, “se quiso destacar los íconos propios de la espiritualidad franciscana -clareana. Por eso, partimos contemplando la pequeña capilla de Santa María de los Ángeles/Porciúncula, pues aquí tuvo origen la primitiva fraternidad Franciscana, transformándose esta capilla en la cuna de nuestra espiritualidad. Asimismo, la Hermana Clara “plantita del bienaventurado Francisco” cómo se autodefine ella en su testamento, se consagra a Dios sumamente amado por manos de Francisco”.
Luego, la actividad continuó contemplando el ícono del Cristo de San Damián, “pues éste, es aquel que habló a Francisco invitándolo a restaurar la Iglesia y Clara lo contempló por muchos años en la iglesia de san Damián junto a las demás damas pobres”, explicó el Hermano José Manuel.
Tras ello, y desde el altar que contempla las imágenes de Clara y Francisco de Asís, se desarrolló una meditación de los textos que las fuentes Franciscanas y Clareanas han regalado a lo largo de los años, los cuales, desde su profundidad, invitaron a encontrar el alma de estos dos santos tan antiguos y tan actuales a la vez, “que con su forma tan particular y cautivadora, nos enseñan a nosotros a seguir a Jesús Pobre y Crucificado de manera radical y hermanados con todo lo creado”, añadió el Hermano.
Finalmente, se colocó en el altar a Jesús Sacramentado, para relevar su figura de centro y fundamento de la existencia de todo cristiano y alabar al Señor en su presencia real. “Ambos santos manifiestan la real devoción a la eucaristía, pues aquí está el alimento que fortalece la radicalidad del seguimiento”, concluyó el párroco de Apóstol Santiago en Castro.
Cabe destacar que la Oración Franciscana – Clareana “Alabando nos enseñó a alabar”, fue preparada por la Familia Franciscana de Castro, religiosos y religiosas Franciscanos, laicos que viven la espiritualidad Franciscana en lo cotidiano de la vida, la OFS y jóvenes de la comunidad parroquial de Apóstol Santiago.
