La apertura a fase 4 en la ciudad de Parral, favoreció el retorno a la vida sacramental y la eucaristía. Con modalidad híbrida, han podido cerrar ciclos de catequesis y retomar otras actividades con la esperanza de ser una ayuda concreta a tantas personas que han sufrido en esta pandemia. La ayuda social y la eucaristía vuelven a contar con más aforo, aunque nunca se dejaron de realizar en tiempos de crisis sanitaria.
Gemita Álvarez es catequista familiar de Primera Comunión, Coordinadora parroquial y perteneciente al coro de la Parroquia San Francisco de Asís de Parral. Para ella todo este tiempo ha sido una gracia, ya que ha podido ver el amor de Dios en tantas personas que han ido en ayuda de otras que están sufriendo. “Es una felicidad enorme todo lo que estamos viviendo, ya que, aunque nunca en la pandemia paramos de ayudar y asistir a personas, este tiempo nos ha servido para poder retomar cosas que estaban pendientes y que años atrás comenzaron presenciales, luego pasaron a modalidad online y que hoy pueden estar de manera presencial. Por eso es una alegría enorme”, nos cuenta.
Pero lo más importante para ella es el cuidado y así lo han vivido en este tiempo. “Por ejemplo, en el caso del coro, sólo podemos ir dos personas, ya que eso significa cuidarse y cuidar a los demás”, sostiene.
Una de las novedades que destaca Gemita es la Pastoral “Llamado al corazón”, la cual comenzó con un acompañamiento espiritual por teléfono y que hoy, gracias a la reapertura de algunas ciudades y comunas, han podido iniciar un trabajo presencial, asistiendo a aquellos que han sufrido más que otros en esta pandemia.
Enfatiza, además, que la ayuda del comedor jamás se vio afectada con la pandemia y que, por el contrario, se fortaleció con el compromiso de mucha gente que no bajó los brazos. Algo que el Hermano Julio Campos, párroco de San Francisco de Asís de Parral, reafirma con entusiasmo.
Para el Hermano Julio, el poder estar en una fase que permita reunirse de manera presencial, es una providencia de Dios. “Ya iniciamos las primeras comuniones que estaban pendientes del año 2020. En estas semanas seguiremos con otro grupo. Luego, tendremos Confirmaciones, las cuales ya llevan dos y hasta tres años esperando y que habían comenzado de manera virtual. La verdad que es una alegría enorme todo esto. Sabemos que hay que seguir cuidándose con todos los protocolos y las normas, pero eso no quita las ganas de continuar con la vida sacramental”, desglosa.
“Podemos estar con un máximo de 100 personas y, sobre todo, retornar a la eucaristía, si bien no se ha perdido en todo este tiempo las misas, ahora se puede estar con más gente y eso es una ayuda maravillosa para ellos, ya que revitaliza y permite salir de los hogares”, explica.