Para los cristianos en todo el mundo, Semana Santa representa la Fiesta de todas las Fiestas, pues es el momento del año propicio para acompañar a Jesús en oración, sacrificios y arrepentimiento de nuestros pecados y recordar su Vida, Pasión, Muerte y Resurrección.
Todo comienza con Domingo de Ramos (28 de marzo), donde la Iglesia celebra la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. Luego, el Jueves Santo (1 de abril), es el día que recordamos la Última Cena de Jesús con sus apóstoles y en las que lavó los pies dándonos un ejemplo de servicialidad y humildad. El Viernes Santo (2 de abril), por su parte, recordamos la Pasión de Nuestro Señor, su prisión, los interrogatorios de Herodes y Pilato; la flagelación, la coronación de espinas y la crucifixión. Lo conmemoramos con un Vía Crucis solemne y con la ceremonia de la Adoración de la Cruz.
El Sábado Santo (3 de abril) en tanto, se recuerda el día que pasó entre la muerte y la Resurrección de Jesús. Es un día de luto y tristeza, ya que no tenemos a Jesús entre nosotros. El Domingo de Resurrección o Domingo de Pascua (4 de abril), por último, es el día más importante y más alegre para todos los católicos, pues Jesús venció a la muerte y nos dio la vida.
Para el Ministro Provincial de la Orden Franciscana en Chile, Hermano Isauro Covili, “Semana Santa es la semana mayor en la vida del año litúrgico. Es donde la iglesia y todo el mundo cristiano se encuentra nuevamente con el misterio de la vida de Jesús, de su muerte, de su crucifixión y su resurrección. Es una semana que nos permite reencontrarnos nuevamente con la vida y con esta vida plena y desbordada de Jesús como Hijo de Dios y como verdaderamente hombre y en quien tenemos fundada nuestra esperanza”.
Recuerda además que vivir Semana Santa a la luz de San Francisco es importante, ya que “tenemos el desafío de contemplar a Cristo pobre y crucificado como lo pudo contemplar San Francisco de Asís. En San Francisco tenemos el misterio de la Encarnación y el misterio de la Pasión. San Francisco tuvo una mirada contemplativa, mística sobre este misterio de la vida de Jesús, reconociéndolo también en la vida de los pobres, de los leprosos en su tiempo. Para nosotros los Franciscanos, y sobre todo en el mundo cristiano, la Semana Santa significa contemplar a Jesucristo pobre y crucificado en el rostro de los pobres y crucificados de nuestro tiempo. Es abrazar todo su proyecto de vida que es el Reino. Jesús anuncia el Reino de Dios y en una obediencia filial a su Padre y que, a la larga, le costará su vida”.
Agrega que, en este tiempo, “estamos convocados a vivir en modo virtual, ya sea en familia, en comunidad, pero sin dejar de celebrar los misterios de la fe. Aunque los templos estén cerrados, la Iglesia permanece con vida, abierta e invitada a anunciar, misionar y compartir la vida de Jesús, sobre todo en estos tiempos de crisis. Jesús es la esperanza que nunca defrauda para aquellos que colocan la vida en sus manos”.
Fe y Semana Santa a lo largo de Chile
Paola Alarcón Pujado, Parroquia Franciscana San José Obrero, La Serena: “Siempre he insistido mucho en creer en la Providencia Divina que nos socorre y nos abre nuevas puertas. Es así que nos encontramos a vivir un segundo año sin poder participar físicamente a las celebraciones de Semana Santa, y esto me ha llevado a realizar una profunda reflexión del significado verdadero de celebrar y hacer vida aquello que dice el Señor Ora en el silencio de tu interior o donde dos o más están reunidos en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos. No es fácil ciertamente vivir un tiempo tan significativo observando las celebraciones a través de una pantalla, pero esto nos enseña a que podemos estar igualmente unidos en uno solo corazón y un solo espíritu en torno a la Mesa del Señor. Hoy la comunidad sigue y aunque no nos podamos ver como antes, estamos presentes. Nos comunicamos, aunque sea de vez en cuando. Sabemos que esto pasará y podremos volver a reencontrarnos sin el metro de distancia de todo este año o la pantalla desde donde conversamos”.
Jorge Gómez, Parroquia Natividad del Señor, Navidad: “A pesar del difícil momento que estamos viviendo por la pandemia, para nosotros como familia y en lo personal, ha sido un tiempo para reflexionar por todo lo que está pasando. Nos ha servido para reforzar nuestra relación familiar y espiritual, acercándonos más a Dios. Como familia hemos estado preparando la Semana Santa para vivirla en nuestro hogar a través de la misa dominical de la Iglesia Nuestra Señora de la Merced y a través de la radio de la comuna “Entre Olas de Navidad” con la comunidad Francisca de nuestro pueblo.
Nicol Ruiz, parroquia San Francisco de Asís, Parral: “Vivir Semana Santa es vivirla con mascarilla, con precaución, sintiéndonos vulnerables. Es compartir en familia, celebrar los momentos que podemos y las instancias que podemos celebrar y recordando todas esas veces que pudimos estar en la parroquia con nuestra gente. Vivirla en preparación constante, en alegría constante y en esta búsqueda de vivir en fraternidad a pesar de que estamos en nuestros hogares. Lo viviré en mi casa con mi familia, desde lo íntimo que tenemos en nuestros hogares, pero siendo fieles Hijos de Dios y amando este proceso para poder ver a este Cristo resucitado y que resucita todos los días en nosotros”.
