Nuevo párroco en San Francisco de la Alameda al servicio del Pueblo de Dios

Con el aforo permitido por las autoridades y en compañía de miembros de la Orden Franciscana en Chile, se realizó este sábado 27 de febrero, el cambio de párroco en el Templo San Francisco de la Alameda. La eucaristía fue presidida por el Vicario de la Zona Centro, padre Francisco Llanca.

La misa comenzó con la lectura que oficializa el acta de cambio de párroco entre el Hermano Luis Alberto Nahuelanca (saliente) y el Hermano Santiago Andrade Triviño, quienes se mostraron muy atentos a cada palabra que se leyó.

En su homilía, el Vicario de la Zona Centro, padre Francisco Llanca, agradeció en primer lugar a Dios por la posibilidad de poder contar con un aforo de 75 personas y poder llevar a cabo una misa a puertas abiertas: “El Hermano Santiago asume nuevos desafíos y uno de ellos, está el descubrir cuál es el camino que Dios nos pone para ser testigos del Evangelio, cómo ser testimonio de esperanza y de estar al servicio de los demás”, dijo.

El vicario añadió que es muy relevante preguntarse en estos tiempos cómo es la relación con el pobre, con el que sufre, con el que está solo, falta de afecto, el que tiene problemas económicos. Ante ello, precisó que “estar preocupados es un don de Dios y el Hermano Santiago, como cabeza de este templo, deber llevar este servicio”.

Por último, el padre Francisco Llanca, agradeció la labor del Hermano Luis Alberto Nahuelanca, sobre todo en estos años difíciles (debido al estallido social en un principio y luego con la pandemia) y por su disponibilidad en el Templo San Francisco y le recordó de paso al nuevo párroco “que no estará solo”.

Tras la homilía, el nuevo párroco de San Francisco de la Alameda profeso la fe como un signo de compromiso hacia Dios, la Iglesia y el pueblo fiel que camina.

Voces agradecidas

Hermano Luis Alberto Nahuelanca: “Los servicios siempre son temporales, tiene una periodicidad, pero en la espiritualidad Franciscana el desapropio es una dinámica que nos motiva permanentemente a estar en esa actitud. Más allá de apropiarme de un rol o un servicio o tarea, está siempre la libertad de espíritu para mantener una disponibilidad activa y acogiendo el llamado el Señor”.

Hermano Santiago Andrade Triviño: “Siempre que hay un cambio de párroco hay una impronta que hay que colocar, pero en el fondo nosotros continuamos con la labor anterior. Yo no soy de esos que llega y comenzamos nuevamente, ya que eso retrasa el crecimiento de una comunidad y no se fortalece. Están todos invitados a participar. Los que han estado trabajando con el padre Luis Alberto, están invitados a trabajar conmigo y abiertos a que sean muchos más los que se integren para ser de esta parroquia una Iglesia de acogida y capaz de estar presente en diferentes momentos y abiertos a las necesidades de las personas”.