Con 13 años de trabajo inagotable, la parroquia Nuestra Señora del Rosario en la cuarta región, esta Navidad no quedó ajena a las necesidades del prójimo y una vez más, con la providencia de Dios, realizó una importante ayuda para la zona.
En total, 320 donaciones se entregaron en estas fiestas, con el foco puesto principalmente en adultos mayores y personas con capacidades diferentes. Alimentos y artículos de aseo, fueron recopiladas con meses de antelación, para ser entregadas en esta fecha tan simbólica: “Son donaciones que nos llenan de gracia y vemos el amor de Dios. Viendo el entorno que nos rodea, nos propusimos ayudar por medio de un catastro y ahí, gracias a los bienhechores, pudimos llevar a cabo esta obra. Las necesidades primarias de la gente de acá ha sido siempre nuestro foco”, destaca el Hermano Manuel Álvarez, párroco de Nuestra Señora del Rosario.
Agrega que fueron más de 100 familias las beneficiadas con la ayuda de mucha gente: “Para este año, por lo pronto, nos estamos enfocando en los adultos mayores de la zona y que no sea solo en las fiestas, sino todo el año, también visitarlos permanentemente y entregar alimentos, reparar sus casas”, aclara.
La fe por medio de los hechos
Mario Jorquera regresó a Chile hace 18 años. Su vida fuera del país, lo tuvo pendiente de otras cosas, sin embargo, en su regreso, se encontró de frente con el amor de Dios: “Volví a Chile a algo puntal con la familia y terminé quedándome acá. Me di cuenta que hay mucha gente necesitada, sin voz, que no puede golpear puertas y con la ayuda de Dios me di cuenta que podía ser útil para ellos”.
Actualmente Mario es secretario en la parroquia Nuestra Señora del Rosario y ve que el valor de desprenderse es un signo maravilloso que solo lo entrega Dios. “Veo como la gente acá se ayuda a puro pulso, golpea corazones y eso es maravilloso”, destacando que para esta campaña de Navidad recibió ayuda de empresarios católicos, religiosas de Bélgica y de Caritas Chile, entre otros.
“Gracias a la generosidad de todos, se pudo llegar a lo soñado para nuestros adultos mayores y también para las familias de niños y jóvenes con capacidades diferentes. Este gesto de amor fraterno, debe ser como una llama ardiente, que siempre pueda estar encendida para alumbrar el camino que nos lleva a descubrir dónde está el hermano que más sufre. Dios bendiga sus manos y sus trabajos por tanta generosidad”, es el mensaje de agradecimiento que se puede leer en las redes sociales de la parroquia.