Año Nuevo solidario y lleno de generosidad vivieron en Cristo Rey de Concepción

Hasta la capilla perteneciente a la parroquia San Francisco de Asís en la octava región, 132 personas pudieran almorzar dignamente el pasado 31 de diciembre. Gracias a la generosidad de voluntarios y privados, también pudieron llevarse una merecida colación para terminar el día.

En total, 18 voluntarios dejaron de lado sus quehaceres propios del Año Nuevo para ir en ayuda de los más necesitados. Personas en situación de calle, hombres y mujeres que quedaron sin trabajo pos la pandemia y familias que están pasado momentos complejos, se llenaron de esperanza tan importante día del año.

Cumpliendo todas las medidas sanitarias y los protocolos, estos voluntarios olvidaros un poco la triste realidad que azota al país y al mundo, y se entregaron por completo a la ayuda fraterna y solidaria.

“Fue todo muy bonito. Si bien hay ayuda todo el año, este ha sido diferente por la pandemia, ya que se ayuda a meas gente, a ellos los ves llenos de alegría y lo mejor, es que son muy agradecidos de nosotros y de Dios. Fue fantástico todo lo que se vivió ese día tan lleno de cariño. Le doy gracias a Dios por todo. Fue muy fabuloso”, adelanta la señora Tatiana Godoy, encargada del comedor Cristo Rey.

Pavo y pollo asado, papas duquesas, ensaladas, tutti frutti, bebidas. La gracia de Dios fue abundante para poder ir en ayuda de cada una de las personas que llegaron hasta el comedor: “Incluso se llevaron un pan de Pascua y una bebida después del almuerzo”, recuerda la señora Tatiana.

La obra solidaria del comedor ha sido intensa durante todo el año para enfrentar esta pandemia, la cual ha golpeado fuertemente a este sector de la comuna de Concepción que limita con la localidad de Hualpén. “Con la pandemia la cantidad de gente ha aumentado y gracias a Dios nunca nos ha faltado. Incluso en Navidad fueron 110 colaciones y ahora en Año Nuevo más de 130, entonces es imposible no ver la mano de Dios aquí”, analiza el Hermano Fernando Candia, párroco de San Francisco de Asís.

Agrega que, gracias a Dios, “nos ha ayudado mucha gente, a través de proyectos del Arzobispado, la ayuda de la comunidad. Desde que comenzamos a hacer las cajas de Navidad – que fueron como 40- jamás nos ha faltado ni para la parroquia ni para el comedor”, agradece.

Tanto el Hermano Fernando como la señora Tatiana esperan en Dios que este 2021 sea igual de generoso para los más necesitados. “Por ahora, en enero seguiremos de lunes a viernes y si Dios lo permite, no parar en febrero”, explica la señora Tatiana. El Hermano Fernando en tanto, se aventura en decir “que, si hay cuarentena nuevamente, igual nos conseguiremos los permisos necesarios para seguir ayudando”.