Fratelli tutti y su gran acercamiento a lo Franciscano

En esta cuarta y última sesión sobre Fratelli tutti, el hermano Carlos Paz, Vicario General de la Diócesis de Oran de Argentina, acompañó este espacio de reflexión. La actividad se desarrolló el sábado 12 de diciembre a las 16:30 horas, a través del Facebook de los Hermanos Franciscanos de Chile.

El Hermano Miguel Correa, encargado de las Comunicaciones Franciscanas, moderó la actividad: “Fue un espacio de reflexión, discernimiento y acompañamiento. Queremos seguir profundizando en la encíclica Fratelli tutti del Papa Francisco y que ha regalado a la Iglesia Universal, pero de manera particular y especial, a quienes abrazamos la espiritualidad Franciscana. Estamos profundizando en los elementos fundamentales de nuestra forma de vida.  El hermano Carlos nos acompañó con los elementos más propios de la espiritualidad y con las claves para la lectura de esta encíclica”, relató.

«Fratelli tutti se une, a la ya conocida gracias a Dios, Laudato si, y forma con ella, una dupla que nos permite conocer un poco más el pensamiento social del Papa Francisco”, comenzó recordando el hermano Carlos Paz.

“Mirando el pie de página, se puede advertir la gran cantidad de citas de su propio magisterio que recogen muchos momentos e hitos de su pontificado en una especie de gran síntesis y testamento magisterial del Papa. Allí aparecen lugares como Abu Dhabi, Hiroshima, La Habana, Sarajevo, Nueva York, Río de Janeiro, Jerusalén. Al mismo tiempo, retoma su costumbre de citar enseñanzas de distintas conferencias episcopales de los cinco continentes”, precisó.  

“En la encíclica, el Papa no pretende resumir la Doctrina Social, sino detenerse en su dimensión universal, en su apertura. Se trata de una encíclica social, de un humilde aporte a la reflexión (…) En el número 87, el Papa afirma que un ser humano está hecho de tal manera que no se realiza, ni se desarrolla, ni puede encontrar su plenitud, si no hay una entrega sincera de sí mismo hacia los demás”, reflexionó.

La relación entre lo local y lo universal

“Los inmigrantes, si se les ayuda a integrarse son una bendición, una riqueza y un nuevo don que invita a una sociedad a crecer. Al mismo tiempo, es ingenuo pretender que un país pueda salvarse solo, que no le afecte el hambre y las miserias de otros lugares de la tierra. La pandemia debería habernos enseñado eso”, analizó

En otros momentos dijo: “Esta convicción sobre la ineludible dignidad de cada ser humano, que se presenta con un fuerte eje transversal de la encíclica, tiene consecuencias concretas. Por ejemplo, el firme rechazo de la pena de muerte, demuestra hasta qué punto es posible reconocer la inalienable dignidad de todo ser humano y aceptar que tenga un lugar en este universo”, propuso.

Respecto del destino común de los bienes, el hermano, sostuvo que “en la encíclica, el Papa recuerda que la tradición cristiana nunca reconoció como absoluto e intocable el derecho a la propiedad privada y subrayó la función social de cualquier forma de propiedad privada. El principio del uso común de los bienes, creados para todos, es el primer principio de todo el ordenamiento ético y social, es un derecho natural originario y prioritario”.

La promoción humana a través del trabajo

En otro momento, añadió que “la reiterada convicción de Francisco acerca de la dignidad de cada persona, exige asegurar que todos tengan acceso a las condiciones mínimas, no sólo de supervivencia, sino de dignidad. El Papa jamás propone que las personas vivan de subsidios. Al contrario, su gran tema es el trabajo. Para él, lo importante no es repartir, sino que lo verdaderamente popular, porque promueve el bien del pueblo, es asegurar a todos, la posibilidad de hacer brotar las semillas que Dios ha puesto en cada uno, con sus capacidades, sus iniciativas y sus fuerzas”, manifestó.

El afecto y cariño por los Franciscanos del Papa

En este punto, describió: “Creo que son signos o manifestación de ello, la elección del nombre Francisco, sus visitas a Asís, la encíclica Laudato si, en sus palabras y gestos, sus muchas referencias a San Francisco. El año pasado su visita al Santuario de Greccio para revalorizar el significado del pesebre, sus palabras llenas de gratitud y cercanía a los frailes que participaban en el Capítulo General del año 2015, la encíclica Fratelli tutti. En fin, evidencias de su cariño a los Franciscanos”.

En un largo espacio, desglosó el concepto de la minoridad como un modo de ser hermanos. Aquí, entre otras cosas, destacó que “Francisco de Asís, decidiéndose seguir a Jesús por el camino de la minoridad, ha testimoniado la fuerza liberadora del amor de Dios, que redime y sana las heridas y los corazones de los que aman la libertad. En su camino de conversión, Francisco encontró el fundamento de la minoridad (…) El ser menores es un proyecto de vida que expresa una opción libre como respuesta a una vocación. Es una especial gracia de Dios, es una gracia concedida a nosotros”.

Al cierre dejo planteadas algunas preguntas:

¿Cuáles son nuestros sueños acerca de la iglesia de la familia franciscana?

¿Qué sería para nosotros los franciscanos un deseo mundial de hermandad?

¿Cómo recibimos nosotros los franciscanos y franciscanas la nueva encíclica del papa y qué repercusión general los franciscanos el llamado a la fraternidad universal y a la amistad social que hace el Santo Padre?