Espiritualidad, arte y cultura en tiempos de pandemia

En un nuevo conversatorio organizado por la Familia Franciscana, el pasado 21 de octubre a través de la plataforma Zoom, nuevamente reflexionaron sobre temas contingentes y necesarios para la sociedad. Esta vez fue el turno de profundizar en el mundo de las artes.

La jornada comenzó a las 18:30 horas con la presentación de Daniela Ponce, Historiadora del Arte de la Universidad de Chile, quien repasó la importancia del arte Franciscano en la evangelización y la cultura del país el gran aporte al preservar su patrimonio no solo desde la religión, sino de lo histórico. Ponce, a la luz de algunas imágenes del Templo y del Museo San Francisco, dijo que “se puede conocer la espiritualidad Franciscana y cristiana, desde el punto de vista del arte religioso, pero también desde el punto de vista estético”.

Recorriendo distintas imágenes, recordó sus orígenes, su valor estético, cultural, devocional y de evangelización. Entre las obras analizadas está la Virgen del Socorro, la Inmaculada Concepción, algunos Fanales, el Cristo Crucificado y la Torre del Reloj, entre otros: “Se agradece que los frailes Franciscanos, a pesar de ser una orden se basa en la simpleza de la vida y en la paz, han sido capaces de ser generosos también con su cultura al compartir los archivos, al abrir el museo, al ser inclusivos con las personas con discapacidad para que puedan acceder al arte”, desglosó.

Siguió Emilio de la Cerda, Arquitecto de la Universidad Católica y Subsecretario del Patrimonio Cultural. De la Cerda comenzó recordando el ataque a algunos templos religiosos en el país: “Como Ministerio de Cultura, estamos muy involucrados con esto y muy dolido con lo que ha ocurrido. Por supuesto estamos preocupados y a la vez, reflexionando sobre el sentido del patrimonio para las comunidades y para las ciudades. Algo que se ha hablado poco respecto de los incendios tiene relación con que hay comunidades afectadas directamente y que son las comunidades que sostienen los templos y son las que la asignan el valor al patrimonio. El valor del patrimonio cultural no tiene una sola lectura, son valores artísticos, históricos y de uso espiritual”, analizó.

Posteriormente en relación a un Taller de Arquitectura realizado en conjunto con la Orden Franciscana, De la Cerda mostró algunos trabajos de los estudiantes que representan escenas de San Francisco, imágenes que las relevó a la categoría de «joyas impresionantes del Arte Colonial en Chile». Describió los sectores aledaños al templo, su evolución, el paso del tiempo, las nuevas tecnologías: “Es un tiempo de dinamismo, es una especie de espejo de la historia de la ciudad y en esa dimensión de espejo de la ciudad, nos preguntamos respecto del futuro y a ese reconocimiento de la actualidad, aspectos de la historia y eso abre muchas preguntas y desafíos futuros”, cerró.

El tercer turno fue para Misael Camus, Doctor en Historia Eclesial, quien mirando los acontecimientos que vive el país y haciendo un análisis a la última encíclica del Papa Francisco (“Fratelli Tutti”), explicó cómo el arte conecta con la espiritualidad, pero en clave fraternal: “Todo camino espiritual es un itinerario hacia Dios que nos lleva a dos pasos. Primero, a acoger una verdad sobre el ser humano que exige pasar por nuestros mapas conceptuales de las múltiples dimensiones y, en segundo lugar, a acoger una verdad sobre Dios- uno y trino- que integre la verdad sobre el hombre”. Prosiguió diciendo que «los artistas nos han dejado un rastro desde nuestra naturaleza en toda su profundidad» y enfatizó en la literatura, la pintura, la escultura y la música.

En otra parte de su exposición, señaló que «una sociedad en transición es una rica oportunidad para mirar nuevos horizontes en el proceso de humanización.  Allí, se preguntó cuáles son los principales factores que han generado estos procesos (social, sanitario y cultural) y cuáles han sido los efectos de este desarrollo: surgimiento de nuevas formas de desigualdad, los pobres, la desarmonía y la pérdida profunda del sentido del otro.

Por último y a la luz de la encíclica papal y algunas obras religiosas importantes, reflexionó: «La pandemia ha puesto en evidencia un conjunto de fragilidades, tensiones, conflictos que se han traducido en desigualdades, injusticias, discriminación y violencia de odio».  

Concluyó la actividad sobre arte y patrimonio, el Hermano Nicolás Alfaro, Definidor Provincial de la Orden Franciscana: “Si queremos hablar de patrimonio, me parece correcto decir que el hombre y la mujer -entendido como ser humano- es por excelencia el patrimonio de Dios con mayúscula”, recordando que el pueblo creyente en este trabajo de autorreconocimiento se sabe y se comprende “que todo es salido de la mano creadora de Dios”, propuso.

Luego, entre otras ideas, dijo que “no es casualidad constatar que la iglesia avanzó conforme al desarrollo humano en las diversas épocas o periodos de la historia del arte, siendo muchas veces protagonista o impulsor de los mismos”. Agregó que “la andadura misionera Franciscana se configuró gracias a la práctica y el encuentro. Así en nuestra América se pudo acoger la mezcla, lo mestizo, del encuentro entre lo europeo y los pueblos originarios”, relató.

Por último, destacó que “la creación artística, posee la capacidad revocar la trascendencia del misterio de Dios. La obra de arte no es la belleza, pero si su expresión. Si bien obedece a cánones fluctuantes, que podrían variar según las épocas, posee un carácter intrínseco de universalidad. La belleza artística suscita una emoción interior, provoca en el silencio, un arrebatamiento que lleva a salir de sí, al éxtasis. Para el creyente la belleza trasciende la estética y lo bello encuentra su arquetipo en Dios”, expuso.

Todo terminó con las respuestas por parte de los exponentes a las preguntas que dejaron en las redes sociales quienes participaron de la jornada.

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